Tenerife posee un gran patrimonio natural del que todos los canarios podemos presumir y sentirnos orgullosos. El entorno y medio ambiente de la Isla representa un importante legado y aporta valores estéticos, científicos y culturales que, tanto para los residentes como para los turistas, constituyen atractivos esenciales que no pasan desapercibidos.

Como principal institución insular, una de las principales funciones del Cabildo de Tenerife pasa por garantizar el cuidado y mantenimiento de este entorno. Tenemos la responsabilidad de conservar y proteger, a través de medidas de regulación, los monumentos naturales que esconde la naturaleza de Tenerife, estableciendo el equilibrio adecuado entre el menor impacto ecológico y el mayor nivel de satisfacción de todos los visitantes que visitan nuestro territorio más sensible.

Uno de los tesoros naturales de Tenerife, además del Parque Nacional del Teide, es el Parque Rural de Anaga, declarado Reserva de la Biosfera en 2015, que ocupa parte de los municipios de Santa Cruz de Tenerife, La Laguna y Tegueste. El valor ecológico y cultural de este parque es extraordinario, ya que, entre otros aspectos, alberga una fauna y una flora rica en endemismos.

Con el objetivo de mejorar la planificación y gestión del mismo, y para garantizar que la población de la Isla causa el menor impacto sobre su entorno, el Cabildo de Tenerife ha realizado un diagnóstico de la capacidad de acogida de visitantes del parque y de las actividades que en él se llevan a cabo.

De este primer análisis se desprende, por ejemplo, que la zona de Cruz del Carmen es la que recibe un mayor número de visitantes al año, con 735.000 personas, de las que el 90 por ciento accede en turismo y guaguas, lo que permite acoger de manera simultánea a unas 420 personas.

Tras ella, otras zonas importantes de atracción de visitantes del parque son Playa del Roque-Benijos, Chamorga y Almáciga.

Con los resultados obtenidos, trabajaremos para preservar la capacidad de acogida física, ecológica y psicológica de la Isla. Identificaremos el número de visitantes que un área determinada puede acoger, el que no se debe superar para evitar impactos que la naturaleza no es capaz de restaurar y la cantidad simultánea de usuarios en un área para impedir episodios de masificación.

Estamos hablando de impactos que pueden afectar al suelo, la vegetación y la fauna del territorio y que, en ocasiones, pueden estar causados por el visitante, con la generación de residuos y la generación de ruidos.

El objetivo es disponer de todos los elementos de análisis necesarios para entre otras cuestiones, poder determinar qué estrategias y líneas de actuación se deben impulsar con el objeto de garantizar el cuidado del entorno natural de Tenerife.

Pretendemos, en definitiva, mejorar la gestión de estos espacios y disponer, al mismo tiempo, de la información necesaria para iniciar los trabajos de revisión de sus respectivos planes de uso y gestión.

Nuestro patrimonio natural es parte esencial de nuestra identidad, lo que más nos caracteriza y a él le debemos nuestra implicación en su mantenimiento. Por eso, desde el Cabildo de Tenerife, haremos todo lo que esté en nuestras manos para conservarlo.

*Consejero de Política Territorial del Cabildo de Tenerife