Hay que felicitarse porque se haya producido una transición impecable de poderes entre el anterior y el nuevo Gobierno, aunque el cambio haya sido tan traumático como una moción de censura. La imagen que se ha dado ante la ciudadanía ha sido ejemplar. Y esa es una buena noticia en un país donde la democracia ofrece a veces imágenes tan malas del entendimiento entre los partidos políticos.

Opinar de un Gobierno sin que se haya puesto a la tarea de resolver cosas es difícil. El nuevo Ejecutivo de España ha sido valorado muy positivamente desde el punto de vista de su impacto en la imagen, por lo inesperado de alguno de los ministros y porque incorpora independientes: personas sin el carné del PSOE. Y además de todo eso, porque hay once mujeres frente a seis hombres, cosa que también se ha valorado de forma positiva por contradecir lo que ha sido habitual en el pasado: que hubiera más hombres que mujeres.

Lo realmente importante, como ya veremos, no es quiénes conforman el Gobierno, sino qué cosas van a hacer. Y por lo que uno puede ver, no lo van a tener fácil. La unidad de acción que determinó la existencia de una mayoría política en la moción de censura contra Mariano Rajoy ya no existe. Desde Podemos se ha criticado que se haya formado un Gobierno sin contar con ellos. El mismo Pablo Iglesias le ha augurado a Sánchez "un calvario" en los próximos meses, por haber decidido gobernar en minoría y sin apoyarse en ministros de Podemos.

Espero que se equivoque. Porque en Canarias nos estamos jugando muchas cosas que están pendientes de que exista un Gobierno razonablemente eficaz en Madrid. Tenemos un presupuesto de 2018 que aún no está aprobado. Eso comporta una serie de enormes problemas para las administraciones locales a la hora de disponer de fondos y financiación para muchas áreas, para convenios de empleo o acciones sociales. Es como cuando la empresa para la que trabajas se retrasa en el pago de la nómina y trastoca todos los planes de la familia.

Pero además de este problema, que nos afecta a todos los canarios, tenemos pendiente de la aprobación del presupuesto asuntos como el aumento de la subvención al transporte aéreo de viajeros entre Canarias y la Península. Y tenemos tramitándose en las Cortes leyes fundamentales como la Ley de Régimen Económico y Fiscal de Canarias (donde se recogen y se determinan los mecanismos excepcionales que existen en esta zona de España) y el nuevo Estatuto de Autonomía. Ambas leyes son fundamentales para estas islas y tendrían que ser aprobadas en esta legislatura, antes de que se convoquen nuevas elecciones. O sea, el tiempo ha empezado a correr en nuestra contra.

He dicho alguna vez que lo importante no es quien esté gobernando en Madrid, sino la necesidad que tenga de los votos de los canarios. Lo primero que han dicho algunos partidos "estatales" después de la caída del Gobierno del PP, con satisfacción, es que los dos votos de Coalición Canaria y Nueva Canarias "ya no son fundamentales" para conseguir una mayoría. O sea, que ya no tienen valor. Y lo han dicho con una especie de alegría. Como si esos dos votos se hubieran estado utilizando para otra cosa que no fuera conseguir un trato más justo para los dos millones de personas que viven en Canarias.

Lo malo es que tienen razón. Los dos votos de obediencia canaria, de CC y NC, ya no son fundamentales -aparentemente- para conseguir mayoría en el Congreso. Y ya veremos, cuando se discutan los próximos presupuestos generales del Estado si eso no tiene repercusiones en Canarias. Todos esos diputados de partidos estatales que han repetido una y otra vez que ellos son tan canarios como Ana Oramas y Pedro Quevedo, van a tener la ocasión de demostrar que pueden presionar en el seno de sus partidos para conseguir cosas para Canarias. Como las han conseguido Oramas y Quevedo.

He visto analizar el Gobierno desde el punto de vista de género: once mujeres frente a seis hombres. O desde la novedad de que hay un astronauta, Pedro Duque, el primer español en el espacio. Pero se podría analizar también desde el punto de vista de los territorios. Es un nuevo Gobierno donde los canarios no tenemos peso. No hay ningún ministro o ministra de las Islas entre los diecisiete. Y tenemos unas nuevas mayorías en un Congreso donde los dos votos que antes contaban, ya no cuentan.

Para Canarias empieza un periodo en el que me temo que nos van a olvidar otra vez, como tantas otras veces. Habrá que prepararse.

*Presidente del Cabildo de Tenerife