El día de su entierro, y para mi gran asombro, me llamaron muchos medios de comunicación para intervenir y contar cómo era mi madre. Hoy hace casi dos meses de aquello. Todos hacían alusión a su faceta de buena actriz y buena persona. Pero claro, casi todos los que parten de este lado hacia la vida eterna son buenas personas. No sé en qué momento el tanatorio se llenó de personas que hacían hasta incómodo el andar por sus pasillos. Radios, teles, periódicos, amigos, familia?, yo no tuve tiempo para nada y lo único que intenté fue atender a las personas que nos venían a brindar su cariño y a darle su último adiós. Pero fue dos días después, al llamarme de la tertulia de radio de José Antonio Pardellas, cuando caí en que se podía estar proyectando una imagen de actriz y mujer de éxito que si no era errónea, sí era inexacta.

Por patadas de la vida que no voy a contar aquí, después de los cincuenta y sin recibir ni una clase de teatro se subió al Guimerá a intentar hacer reír a su público con la obra de Lina Morgan "Vaya par de gemelas", y siempre con fines benéficos. Tras ello, comenzó una frenética carrera con muchas otras obras dirigidas por la premio nacional de Teatro Mary Carillo. Iba a Madrid, se quedaba en su casa y ensayaban sin cesar. Consiguió llenar sus vacíos, sus heridas y el Guimerá, siempre con fines benéficos. Y aunque para mí fuera un ángel, a buen seguro mi madre no fue la mejor madre del mundo, pero sencillamente era la mía: la nuestra. Y el gran mérito o legado de vida que nos pudo dejar fue que ante los desasosiegos y codazos que le brindaba su existencia, siempre había un momento para sacar un chiste, hacer un gag o reírse de uno mismo y de todo. Mi madre no tuvo la vida que quiso ni mucho menos, sino la que le tocó. Y su gran enseñanza no fue el teatro, su gran lección de vida fue la de sufrir en silencio y remontar de una manera asombrosa, la de tener la clase suficiente para no estar contando sus penas y la de que siempre, pasara lo que pasara, hay que intentar superarse y arrancarle una sonrisa a todo, día a día, tropiezo a tropiezo. Y por eso y otras tantas cosas, gracias Pochola, gracias mamá.

@JC_Alberto