El ultimo Barómetro de Hábitos de Lectura efectuado en todo el Estado español por la Federación de Editores, en 2017 -el primero que se realiza después de 2012-, registra una seria de datos que tienen su importancia y que deben de servir de reflexión en lo que respecta a la posibilidad de mejorar el porcentaje que se ha obtenido en esta muestra.

La media del Estado se encuentra en un 59,7 por ciento, siendo los madrileños los que más leen, con un 70 por ciento de lectores habituales, y estando en el otro extremo Extremadura, con un poco más de un 50 por ciento de lectores.

Canarias se encuentra por debajo de la media, con un 56,4 por ciento de lectores, siendo con Extremadura las peores valoradas en ente sentido. En esta encuesta se asegura que el 95% de los encuestados leen algo en algún momento del año; si son libros un 66 por ciento, periódicos un 74,6%, y redes sociales y revistas un 41 por ciento.

Cuando escribo sobre la lectura recuerdo la frase que le leí a Tierno Galván, que decía que para tener una dotación medianamente cultural e intelectual habría que leer durante toda una vida al menos 3000 libros. Ciertamente es una cantidad considerable. Porque si se leen con anotaciones al pie o al margen de página y deteniéndonos de vez en cuando en determinados párrafos seguramente se sacaría mucha enjundia a la lectura.

Leer con un rotulador o con un lápiz en la mano creo que es imprescindible para tener la sensación de que esas acotaciones y las cuestiones subrayadas nos sirven en un momento de reiniciar una lectura ir a esas paginas ya leídas que nos pondrán en pista de lo que pretendemos buscar o recordar.

No es que dentro del conjunto del Estado Canarias se quede atrás en comparación con el resto. La diferencia en porcentaje es un punto o dos, pero sí que esa encuesta nos pone de manifiesto que no deberíamos orillar esa tarea sino que por los medios que se dispongan y desde los organismos competentes impulsar la tendencia a la lectura.

Un país que no lee no es que sea un país atrasado, porque pudiera ser puntero en altísima tecnología y en progreso científico en todos sus ámbitos, pero la lectura ayuda a analizar cuestiones, a detenernos en otras que la curiosidad despierta y que nos reconforta porque nos encontramos identificados.

Leer es una ventura de cada día, no debemos dejarla de lado, porque con ella sabremos diferenciar el polvo de la paja, dónde están los entuertos o los "gorgias" del momento o los cantamañanas de ayer; con la lectura abrimos el surco del conocimiento y la disposición que podríamos adoptar en la vida.

La lectura es el mejor apoyo para el desarrollo cultural e intelectual de los pueblos y debe estar presente ante cualquier tarea colectiva o individual que deseemos realizar. Sin libros, nuestro pensamiento puede ser plano, abordable por la influencia de otros, porque con la lectura construimos así mismo nuestra realidad social y sabremos mejor por dónde hay que caminar.