Esto de ser progre es una maravilla porque puedes hacer cosas totalmente prohibidas para el resto de los mortales. A Mercedes Milá, periodista polémica, chachona y en el ostracismo, le dieron el premio Limón. Conviene recordar que los premios "naranja y limón" datan de los años setenta y los otorgan los medios a aquellos personajes que les hacen más grata (naranja) o ingrata (limón) su labor. Hoy los premios están ya bastante devaluados. En la última entrega, la Milá se dirigió al photocall para que un guapete veinteañero, reportero de "Sálvame", la entrevistara. Entre preguntas sin sustancia ninguna y piropos incesantes de la periodista al joven, aquello no daba más de sí y, en un movimiento espontáneo y sin querer, el reportero le rozó un pecho a la expresentadora de "Gran Hermano". Esta, ni corta ni perezosa, tras decirle que estaba "bueno", le agarró sus partes, con la mano totalmente abierta, y sin cortarse ni un pelo.

Y uno en esta España está a punto de enloquecer. Por un lado está, por ejemplo, la desgañitada Cristina Almeida en una guerra sin cuartel para que los hombres no piropeen a las mujeres por las calles, y por otro lado, la Milá lanzando mano a la entrepierna de quienes podrían ser sus nietos. Pero pensemos por un momento, solo por un momento, que la escena cambia de géneros a las personas. Supongamos que el entrevistado es Santiago Segura y la entrevistadora, por ejemplo, Cristina Pedroche. Hagámonos la idea de que en medio de la entrevista al actor le da por hacer una gracieta y le mete mano en las partes bajas a la guapísima presentadora. A día de hoy no sé si estaría en el talego, pero desde luego sí repudiado por esa España a la que pertenece Mercedes Milá y que supongo que defiende la igualdad de géneros. Claro que lo que ocurre es que la Milá siempre ha sido una sueltita, una provocadora y hoy una vieja verde.

@JC_Alberto