Estas últimas semanas han sido para el Partido Popular intensas y muy importantes porque hemos tenido la oportunidad todos de escuchar a los candidatos que optan a ocupar la presidencia del PP para sustituir al para nosotros irreemplazable Mariano Rajoy.

Hemos tenido la oportunidad en unas primarias, y en su primera vuelta aún, de expresar en las urnas los militantes las preferencias hacia los distintos candidatos. El PP ha demostrado, como organización, que sabe reinventarse (resiliencia) y que concluirá en la segunda parte de las primarias en un congreso extraordinario con urnas, donde definitivamente se podrá votar quién será el nuevo presidente del partido.

Todos hemos escuchado y aplicado alguna vez la frase de "renovarse o morir". Dicho que se emplea en muchísimos ámbitos de la sociedad, la sanidad, la economía, empresarial?, pero también, evidentemente, aplicable a la política.

Cuando uno realiza un análisis DAFO (fortalezas y debilidades) de una de las organizaciones políticas más grandes de Europa, y con objetividad, nos encontramos con debilidades y errores. Debemos pedir disculpas cuando son errores, y corregir las debilidades, y evidentemente también tenemos muchas fortalezas, que hacen que merezca la pena dedicarnos a esta noble actividad como es la política, tan denostada en estos momentos.

Mayoritariamente las mujeres y hombres que estamos voluntariamente en esta actividad de la política, lo que queremos es colaborar a construir una sociedad mejor y un futuro para las generaciones que vienen. Sin esperar nada a cambio, sino la satisfacción del deber cumplido.

Está siendo el momento perfecto para que el Partido Popular afronte este nuevo escenario y convertirlo en una oportunidad para abordar su propia resiliencia. Una oportunidad que debemos aprovechar, y en la que el objetivo debe ser el resituarnos como partido de oposición, y poner en marcha una renovación interna que nos permita recuperar el terreno perdido.

Que nadie ponga en duda que el PP continúa siendo un partido imprescindible, que goza de la confianza de la mayoría de los españoles, ante los que debemos presentarnos para recuperar una confianza resquebrajada por los casos de corrupción, y a los que hemos hecho frente.

Debemos recuperar los valores que permitieron el nacimiento del Partido Popular. Valores como la defensa de nuestro Estado de Derecho, de la vida, de España, de nuestra Constitución, de la libertad individual y la libertad económica, la familia, la propiedad privada, las clases medias trabajadoras o las víctimas del terrorismo.

Debemos mirar al futuro con humildad, sabiendo pedir perdón cuando nos equivoquemos y condenar sin paliativos los casos de corrupción, juzgados y condenados, dejando muy claro que nunca tendrán cabida en nuestra organización.

No podemos olvidar que el Partido Popular es la formación que en las elecciones de 2011 ganó por mayoría absoluta, y acumuló la mayor cuota de poder político y territorial jamás obtenida por un presidente de Gobierno desde la Transición. Volvió a ganarse la confianza de la mayoría de los españoles en las urnas en 2015 y en 2016, pero apartados del Gobierno con la tarea hecha merced a la primera moción de censura que prospera en la etapa democrática de nuestro país.

Insistimos en que el PP es el partido de la gente que ama a su país, de su historia, de su tradición, y que mira al futuro como un desafío. El único que ha demostrado saber gestionar lo público y que mejor defiende los intereses de los españoles. Somos los que fomentamos el empleo, la igualdad, el liderazgo, la sostenibilidad del sistema, los recursos públicos destinados a servicios esenciales y de los que todos nos beneficiamos. Apostamos por un mañana mejor para todos.

Porque somos un partido de gobierno que sabe gestionar y salvaguardar los intereses de todos y cada uno de los españoles, sean de la ideología que sean. Prueba de ello es que España era en 2011 el país de la Unión Europea que más empleo destruía y su economía era de las más débiles. Pocos años después, y tras un esfuerzo que nos paso factura a todos los ciudadanos y a la imagen del propio Gobierno, nuestro país volvió a convertirse en la segunda potencia económica de Europa, nos libramos de la intervención y somos el país que más empleo crea, con diferencia sobre el segundo. Esa siempre ha sido, es y será nuestra carta de presentación.

Debemos demostrar, y estamos convencidos de que así lo haremos, que el Partido Popular ha sido, es y seguirá siendo un partido de futuro. Con futuro.

*Senador por Tenerife

Portavoz del PP en el Ayuntamiento de La Laguna