Al margen de las polémicas y las peripecias judiciales que afectan a varios de sus antiguos responsables, el Canal de Isabel II, la más importante de las infraestructuras hidráulicas realizadas en el Madrid decimonónico, ha aportado casi dos siglos después amplios y privilegiados espacios para usos cívicos y culturales en el centro de la capital.

Su historia empezó en 1851, con la aprobación del proyecto y la correspondiente financiación por el Consejo de Ministros, entonces presidido por Juan Bravo Murillo. El objetivo era sustituir el suministro familiar de las fuentes callejeras por un canal que, con aguas procedentes del río Lozoya, abasteciera a la población de la Villa y Corte, cifrada entonces en doscientas mil personas y con previsión de futuro para otras tantas.

Con el nombre de la soberana reinante se abrió siete años después y, en la actualidad, es la empresa pública dependiente de la Comunidad de Madrid que con dos mil quinientos trabajadores cumple todos los cometidos del ciclo del agua.

Además de los activos teatros, los espacios expositivos ocupan la cuarta parte de un antiguo depósito enterrado y por su amplitud, estructura y materiales son idóneos para grandes muestras históricas -como las celebradas de Los Guerreros de Xian, Faraón, Roma SPQR, Alejandro Magno- colectivas de arte contemporáneo y, para entrar en materia, la sobrecogedora iniciativa que me conmovió hace una semana.

Medio millón de espectadores avalan el éxito de la muestra temática que, hasta el 7 de octubre, se podrá contemplar en el vasto recinto. "Auschwitz", ese es su título, es un proyecto creado por la compañía Musealia, con la colaboración de museos y centros especializados de Europa e Israel y que, con objetos originales, uniformes de carceleros y presos, enseres domésticos, herramientas, fotografías y documentación plástica recuerda el horror nazi y honra la memoria de los seis millones de personas asesinadas en sus campos de exterminio. Los criterios estéticos y didácticos son explicados en catálogos y por guías especializadas que probaron su eficacia en el debut de una iniciativa que, desde otoño, recorrerá una veintena de ciudades europeas y americanas.