La noticia me llegó hace unos días por medio de un correo electrónico de una vieja amiga desde La Habana: "Efraín, pensé que deberías saberlo. Lucho El Triste falleció".

Inmediatamente, esta triste noticia me trasladó a la Asociación Canaria de Cuba Leonor Pérez Cabrera. Allí todos los miércoles actuaban y actúan muchos cantantes noveles gracias a un equipo de sonido muy elemental donado por el Ayuntamiento de La Laguna en la época de Ana Oramas y que, a decir verdad, revolucionó la vida de los canarios y sus descendientes en Cuba porque llenó de música esa maravillosa casa ecléctica frente al edificio Bacardí, muchos de los días a la semana.

A Lucho lo llamaban El Triste porque jamás nadie como él ha versionado esta famosa canción del cantante mexicano José José con tanta maestría. Lucho trabajaba en una bodega de alimentación en Centro Habana. Los miércoles, Lucho llegaba y esperaba pacientemente a que le tocara su turno para cantar dos canciones, o tres, entre ellas "El triste".

"Qué triste fue decirnos adiós cuando nos adorábamos más, hasta la golondrina emigró presagiando el final". Así empezaba Lucho El Triste su canción mirando al público, con una camisa blanca un poco desgastada y un pantalón chino color beige. Cuando cantaba Lucho, era otra cosa. La gente se detenía a escuchar a ese chico bajito, moreno y con una sonrisa entre melancólica y soñadora. "Qué triste luce todo sin ti, los mares de las playas se van, se tiñen los colores de gris. Hoy todo es soledad". Seguía cantando Lucho con esa voz tan particular y tan especial en el centro del salón que antes del "triunfo de la revolución" fue el colegio de ingenieros.

Muchas veces hablé con Lucho. En uno de mis viajes le llevé de España una radio que la parte superior era un CD y lo cuidó como "oro en paño". Por supuesto que colocaba el CD con el playback de la famosa canción y se podía escuchar en todo centro Habana: "No sé si vuelva a verte después, no sé qué de mi vida será, sin el lucero azul de tu ser que no me alumbra ya".

Lucho El Triste nunca salió en los dos o tres periódicos que se editan en Cuba, el Granma o Juventud rebelde. Tampoco nunca lo entrevistaron en ninguna radio ni lo llamaron, pese a su insistencia, a cantar en "Dos Gardenias" o en el "Gato Tuerto", dos sitios frecuentados por cientos de turistas. Lucho decía que quizá el destino hiciera que algún productor lo escuchase y le diera una oportunidad en España o México.

"Hoy quiero saborear mi dolor, no pido compasión ni piedad, la historia de este amor se escribió para la eternidad". Siempre recibía noticias de Lucho o, a veces, me escribía él diciéndome que el aparato de CD todavía funcionaba y que le habían detectado hipertensión. Jamás faltó un miércoles a cantar "El triste" a la Asociación Canaria aunque Lucho la interpretaba en algunas fiestas de cumpleaños con otras canciones y boleros famosos. Pero la canción que paralizaba a todo el mundo era la versión del mexicano José José.

Hoy deseo hacerle este pequeño homenaje a Lucho El Triste que jamás salió en ningún periódico, ni cantó en "Dos Gardenias", ni su voz puede encontrarse en Spotify ni en ninguna plataforma.

Si quieren conocer la canción, busquen la versión de José José y piensen que la canta este cubano bajito, moreno de sonrisa lánguida e imaginen que ahora la está interpretando en el cielo junto a Benny More, Celia Cruz o Lucho Gatica. "Que triste todos dicen que soy que siempre estoy hablando de ti y no saben que pensando en tu amor he podido ayudarme a vivir? He podido ayudarme a vivir".

*Vicepresidente y consejero de Desarrollo Económico del Cabildo de Tenerife