Plagiar, lo que se dice plagiar, plagiamos todos, principalmente los escritores, pero de ahí a fusilar la Wikipedia media algún que otro abismo. Los escritores plagiamos cuanto hemos leído y cuanto, no habiéndolo leído, alguien se nos adelantó a escribir, pero en la mayoría de los casos no lo hacemos deliberadamente ni con la intención de apropiarnos de la obra ajena. Mucho menos, con el propósito de pillar un máster. Según la dimitida Carmen Montón, su trabajo de corta-pega para exhibirse ante el mundo como toda una eminencia en lo tocante a la reproducción asistida desde una perspectiva de género (?), sólo tenía un defectillo, un pequeño pero: que estaba "mal referenciado". La verdad es que no estaba referenciado en absoluto, que prescindía de hacer referencia a los verdaderos autores, o, lo que es lo mismo, que era una plagio como una casa.

Siendo gravísimo todo lo demás, como en los casos de Cifuentes y de Casado -las matrículas fuera de plazo, la no presencia en las clases obligatoriamente presenciales, la falsificación de las actas para dar como aprobadas asignaturas que no lo habían sido, las convalidaciones masivas o extravagantes, los trabajos inexistentes y tantas otras pillerías-, lo más horrible, en el caso de la exministra Montón, es su forma tan cutre de plagiar, que hasta de la Wikipedia arrambló, al parecer, lo que pudo. Uno de los dos divinos mancos, el gran Ramón María del Valle-Inclán, plagió en su novela "La Cara de Dios" la obra teatral de Carlos Arniches del mismo título, pero mejorándola maravillosamente y lo mismo cabría decir de tantos otros plagios sublimes de la Literatura. La señora Montón no mejoró nada, aunque cuando se resistía a dimitir, antes de que su amigo Sánchez la dimitiera, dijo que el máster de marras lo había hecho para mejorar.

Todos plagiamos más o menos, es inevitable, y se nos ofrece una eximente para la culpa: mejorar lo plagiado. Me temo que, por mucho que nos presenten a Montón como el hada que nos devolvió la Sanidad Universal robada, ni mejoró ella ni mejoró nada. Las hadas, o no plagian o plagian mejor.