Partiendo de la base de que Canarias cuenta con atractivos suficientes para captar el interés de todo tipo de turistas, pero que a su vez los recursos de que dispone son finitos, y después de los logros alcanzados en los últimos años en cuanto a número de visitantes, el Día Mundial del Turismo, celebrado esta semana con diferentes actos y foros, ha servido para poner sobre la mesa, de nuevo, hacia dónde debe dirigirse esta actividad que tanto peso tiene en la economía del Archipiélago. Conscientes de que los registros obtenidos será difícil que se repitan y de la importancia que tiene cuidar el entorno, todo apunta a que el futuro pasa por primar la calidad y obtener la misma o más rentabilidad con una cantidad menor de turistas. Una fórmula que ya se ha puesto en práctica con éxito en algunas zonas de las Islas y que pasa, en gran medida, por contar con una oferta alojativa sobresaliente y un personal suficientemente formado, quizás el talón de Aquiles de este sector en Canarias. Se ha mejorado en algunos niveles -dirección y mandos intermedios-, pero siguen existiendo carencias en otros. Con este propósito de "vender" las Islas como algo más que un destino de sol y playa, ofreciendo a los potenciales visitantes otro tipo de experiencias, hay que subrayar el trabajo realizado por la Consejería de Turismo, Cultura y Deportes del Ejecutivo canario, y más en concreto por su entidad Promotur. El camino está claro, aprovechar las muchas posibilidades que tienen las Islas, más allá de lugares concretos, para que el turista, habitualmente con mayor capacidad de gasto, se sienta diferente. Para ello, cuidar la calidad es imprescindible.

El error cometido por el Ministerio de Fomento con el convenio de carreteras y el acuerdo extrajudicial sobre el dinero que el Estado adeuda a Canarias podría pasar por una anécdota, pero teniendo en cuenta los antecedentes, es más bien una confirmación del poco interés que este departamento presta a los asuntos del Archipiélago. Ya la semana pasada, en estas mismas líneas, se advertía de que lo ocurrido con este convenio muestra la desafección del Gobierno central con las Islas. La movilidad de los canarios no puede depender del estado de ánimo del titular de ese Ministerio y menos todavía de si los técnicos de ese departamento han tenido o no un mal día. Sinceramente, incluir al consell de Ibiza dentro de las instituciones canarias, en un informe referido a las Islas, en el que además se recortan sus justas aspiraciones, suena más a tomadura de pelo y desprecio que a un simple descuido. Y con eso no se puede transigir.

Está bien que a los responsables de las distintas administraciones del Archipiélago se les llene la boca cuando hablan de respetar el medio ambiente, la necesidad de apostar por la economía circular o de vigilar el paisaje de las Islas. Sin embargo, es preciso empezar por las iniciativas básicas, pues a menudo se pierden en grandes discursos y son ajenos, por ejemplo, a las dificultades que tienen los canarios para reciclar los desechos que generan a diario en sus viviendas. Empiecen por habilitar más contenedores en los que depositar los residuos de forma selectiva. Sería un gran paso.