Añoro cuando me daban miedo las películas de tiburones. He terminado por comprender que la vida es mucho más peligrosa que el cine. Cada mañana me acerco al abismo de la información con la certeza de que esto va a petar, porque la cantidad de estupidez, frivolidad y sectarismo que se está desplegando en el mundo acabará volándonos las barbas.

No sólo estamos en el peor momento de la Unión Europea, con la salida de Gran Bretaña, sino que además la extrema derecha italiana, con el apoyo y aplauso de la extrema izquierda, va a hacer todo lo posible por debilitar aún más la zona euro. Los populistas de un lado y del otro están campando a sus anchas por toda Europa, unos con sus mensajes de salvación -dinero gratis para todo el mundo- y otros con sus mensajes de rabia -fuera los inmigrantes- igualmente falsos e irrealizables.

Ayer dimitía la portavoz de Podemos en la Asamblea de Madrid, Lorena Huertas, diciendo que se marchaba bastante decepcionada por el cesarismo de una organización que celebra congresos a la búlgara y elige a dedo a quienes van y no van. O sea, lo de siempre. Lo mismo que le pasó a José Manuel López, que era el que estaba antes que Huertas. Y lo mismo que pasa en todos los partidos donde funciona la maldita jerarquía, porque en caso contrario no hay Dios que ponga orden. Que se lo digan a Marina Albiol, la eurodiputada de IU, porque denunció acoso en su grupo parlamentario y los dirigentes del partido -dice- no le hicieron ni repajolero caso.

Por todos lados hay grietas y corrosiones. Y lo que sube como la espuma es el espectáculo. La política ya no se trata de resolver los problemas de la gente que paga impuestos, sino que es un choque de trenes de vanidades y egos camuflados en el paraguas de las ideologías. Pero no hay ideologías sino ambiciones. Y luchas de poder. Estamos en un eterno día de la marmota arrastrando problemas que nadie resuelve. Desde el timo de la estampita de un sistema de pensiones que se tambalea hasta unos sueldos de miseria que no suben.

Susana Díaz, la presidenta de Andalucía, se ha dado cuenta de qué va esto. O sea, proa al marisco. Por eso ha convocado elecciones adelantadas a diciembre. Que sea lo que sea, pero a ser posible rápido. Y así le pega el esquinazo a Pedro Sánchez, por si le daba por convocar conjuntamente las generales. La "Reina del Sur" le ha dicho "ahí te quedas".

Habrá que ver las repercusiones de su maniobra. Sánchez, encerrado en su mutismo, dice públicamente que aguantará la legislatura. Claro que también dijo, antes de ganar la censura, que convocaría elecciones después de la censura. Lo bueno de decir una cosa y su contraria es que luego, hagas lo que hagas, siempre cumples con tu palabra.