Siempre he seguido la trayectoria de la federación de la construcción con gran interés y mesura. Primero porque confío en este sector y considero que es una de las patas de la mesa para evitar que se desplome el tablón que representa el empleo. El paro es una terrible lacra a solucionar y, nos guste o no, la construcción avivaría y activaría la economía y redundaría en el consumo de las familias. En segundo lugar, porque es una organización que respira actividad constante y defiende los intereses de nuestra comunidad.

Con Óscar Izquierdo, su presidente, no me une ningún tipo de compromiso, ni tampoco recibo prebenda alguna por mentarlo, lo digo porque siempre aparece el clásico malicioso que lo piensa. Ni siquiera lo conozco personalmente, pero de toda la vida he sabido distinguir y apreciar a las personas trabajadoras, que viven por y para la defensa de los intereses de otros. Por eso afirmo que es un hombre inquieto y luchador, además del "martillo" que azota a esa clase política que se inhibe de los acuciantes problemas que afectan a las carreteras de nuestra isla.

A través de los medios, los artículos de opinión y muchos correos electrónicos que recibo, estoy al tanto de los movimientos y reuniones de esta organización, y de qué van las diatribas que lanza cada día para que políticos y organismos dependientes no eludan sus responsabilidades. Son tantos que me cuesta retenerlos, aunque pienso que la solución de las carreteras, tanto de las autovías norte y sur, como el anillo insular, siempre serán prioritarias para una sociedad que cada vez hace más kilómetros para trabajar.

La Isla no puede seguir más tiempo sumida en un colapso y que ciudadanos que viven entre Icod y La Laguna se vean obligados diariamente a levantarse a las cinco de la madrugada para poder realizar apenas 40 o 50 kilómetros para llegar a tiempo a su lugar de trabajo, soportando un cansancio que perjudica seriamente su rendimiento laboral. Eso es un sufrimiento insoportable.

Tiene razón Izquierdo en que no está la gente para aguantar ocurrencias como el carril Bus-VAO, los parcheos continuos del pavimento y menos para los enfrentamientos entre payasos que solo saben defenderse o alegar el "tú más", un desagradable e irrespetuoso enfrentamiento que no lleva a nada, sobre todo porque muy pronto tendremos otra vez a los partidos mostrando sus fallidas y escasas promesas electorales con una verborrea vergonzante. El pueblo ya pasa de ellos, ni derechas, ni izquierdas, ni ultras, ni nacionalismos oportunistas que no tienen verdadero amor por la patria chica y grande.

Cada día creo menos en este sistema político llamado democracia, aunque sea el menos malo. Los ciudadanos de a pie solo quieren solventar sus problemas del día a día, tener buenos colegios para sus hijos, una educación esmerada, una sanidad que asista, vivienda digna y trabajo remunerado. Todos sabemos que no es fácil conseguirlo, pero necesitamos un mejor reparto de la economía, más equitativa, no el 90% de riqueza en unos pocos y el 10% para el resto. Por eso Europa y España han entrado en una dinámica de pérdida de valores, para mí los cristianos, permitiendo el dominio de otras creencias religiosas y bajada de pantalones que está permitiendo la entrada en liza de partidos o nacionalismos que han cambiado las posiciones ideológicas y han entrado de lleno a competir e incluso conseguir que sin ellos es imposible gobernar, además con razón en algunos casos, pues su único fin es participar y adjudicarse un mejor trozo de tarta al ver el desaforado afán de riqueza que han tenido otros durante años.

Por eso apoyo las iniciativas de Óscar para arreglar y mejorar el tránsito de los ciudadanos. Tenerife tiene la necesidad de carreteras viables, de medios públicos de transporte para el Norte y el Sur más asequibles, tanto si es con un tren como si es mejorando las líneas y asiduidad de las guaguas. La aportación económica del Estado, más el apoyo monetario de la Comunidad, junto a la gestión del Cabildo y el soporte de nuestros empresarios, son indispensables para que la economía resurja y se permita un mejor reparto de la riqueza. Nuestras islas no pueden seguir teniendo un pueblo cabreado, hagamos algo para cambiarlo.

aguayotenerife@gmail.com