El abandono de la Unión Europea por parte del Reino Unido es un motivo para estar tristes y, sobre todo, preocupados. Mejor dicho, ocupados. El acuerdo del "brexit", que abre la puerta a que la salida se produzca de forma ordenada, suaviza de algún modo el impacto, al prever un periodo de transición que permitirá a ambas partes negociar los términos de la relación que van a mantener una vez que los británicos estén fuera del club comunitario. Habrá ruptura, pero no traumática. De ahí, quizás, el optimismo mostrado por el embajador del Reino Unido en España, Simon Manley, durante su visita esta semana a las Islas, y más en concreto en el encuentro organizado por la APD en Santa Cruz. Una cita en la que el presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, advirtió de que hay cuestiones como el transporte aéreo de pasajeros y mercancías, al igual que la situación a partir de ahora de los ciudadanos -tanto los canarios que están en el Reino Unido, como los ingleses que están en las Islas-, que generan inquietud y por las que Canarias va a hacer valer su condición de región ultraperiférica para suscribir convenios específicos. A juicio del embajador británico, hay "razones para ser optimistas", ya que si tanto el Parlamento de su país como el europeo aprueban el acuerdo del "brexit", se garantizarían los derechos de los ciudadanos. Además, hizo hincapié en la declaración política suscrita por ambas partes, que sin tener valor jurídico, sí abriga la esperanza de una relación profunda y especial entre la UE y el Reino Unido. Es a esta percha a la que se tendrá que agarrar Canarias con el objetivo de que los lazos que ahora mismo mantiene el Archipiélago con los británicos no solo no se rompan, sino que se fortalezcan.

La cercanía de las elecciones provoca comportamientos incomprensibles -si no fuera porque se trata de cuestiones serias, podrían calificarse incluso de cómicos-, por parte de los distintos candidatos. Esta semana, por ejemplo, se ha podido observar con la licitación de la carretera que permitirá el cierre del anillo insular de Tenerife y que unirá El Tanque y Santiago del Teide. Se trata de un proyecto que no es nuevo, y por ello debería ser conocido por todos las formaciones políticas. Sin embargo, algunos se rasgan ahora las vestiduras, porque en una parte del trazado en lugar de dos carriles por cada sentido solo hay uno. Cierto es que después de tantos años esperando por esta obra, resulta que en lugar de solucionar el problema quizás se agrave, como alertaba el presidente del Foro Amigos del Sur de Tenerife, José Fernando Cabrera. Bien, pero ahora lo que se debe hacer es remangarse la camisa y buscar una solución. Difícil, por cierto. Echarse los trastos a la cabeza no resuelve nada. Y que sirva de ejemplo para otras actuaciones como la terminal del Reina Sofía.

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