Sin tener alguna estadística a mano, simplemente por experiencia e intuición, tengo la presunción de que el orden de creación de empleo en nuestras islas comienza por la industria turística, de la que derivan las pernoctaciones, el avituallamiento, el entretenimiento y el consumo, tanto de bares y restaurantes como de compras. Hoy la gastronomía se está convirtiendo en un gran negocio asociado al turismo, y ya quedó atrás aquello de que en Canarias no se comía bien. Tenemos la misma calidad que se ofrece en la Península, pues brindamos una cocina más acorde a nuestro hábitat, climatología y costumbres. Los que hemos tenido la suerte de haber estado en muchos sitios de España, podemos afirmar que no existe otro lugar del mundo donde se coma mejor que aquí.

Tras el turismo creo que están a la par de creación de empleo la construcción y el sector servicios, del que depende mayoritariamente el consumo, pues cuanta más actividad, más inversión y gasto y por lo tanto consumo. Seguramente después estará la industria y, como última pata de la mesa de la economía, está la agricultura, aunque está en auge un quinto pilar que está calando, la cultura.

Hace años que insisto en que invertir en cultura significa progreso, especialmente si centran la inversión en profesionales de la tierra, no desdeño al de fuera, simplemente creo que hay que aprovechar el manantial de creatividad que tenemos, pues ya estamos a la cabeza musicalmente con los grandes artistas de la lírica que pregonan su insularidad por el mundo. Para evitar competencia es necesario un reagrupamiento de los órganos de gestión, pues son demasiados. En cultura del Gobierno de Canarias, cabildos y ayuntamientos existen buenos funcionarios con conocimiento, pero hay demasiado desorden en las programaciones, haciendo coincidir actos importantes un mismo día, y no creo que haya perras para presenciarlos todos.

La agricultura está en retroceso, basta leer los estupendos artículos de Wladimiro Rodríguez Brito, cuyos vastos conocimientos deberían servir para mejorar una tierra que es necesario cultivar y consumir. Hay posibilidades de disminuir el paro haciendo entender a los jóvenes que la inactividad empobrece, propiciar la organización de pequeñas cooperativas y buscar apoyo de empresas privadas además de los organismos públicos y del Estado.

El turismo depende muchas veces de influencias ajenas, de la forma en que se desarrollen los acontecimientos políticos. Existen muchas naciones, especialmente del arco mediterráneo, que cuando resuelvan sus problemas internos serán serios competidores. El Reino Unido y su salida de la UE también es una preocupación, pero creo que somos capaces de no tener competencia, mejorar las comunicaciones, embelleciendo la tierra y mejorar los servicios.

El dilema está en las comunicaciones, que cada vez se pone más feo el asunto y que se arma un zaperoco día sí día no. El viernes fui a comer a una casa de comidas en la subida a Aguagarcía, al salir de San Juan de Dios, y soportamos una cola interminable para recorrer apenas cinco o seis kilómetros. Dicen que el retrasado anillo insular llegará el año que viene, pero será inútil con ese proyecto. Los responsables políticos nos engañan una vez más. Fepeco y su presidente, Oscar Izquierdo, pone el grito en el cielo, pues entiende que la construcción presenta las mejores perspectivas para la creación de empleo. La clase política se ha dormido en los laureles y le ha cogido el toro, como se acercan las elecciones han vuelto a estudiar de nuevo las obras y se dedican al parcheo. De repente aparece el maravilloso proyecto para solucionar la circulación en la rotonda de Padre Anchieta, vías por arriba como si fuera Los Ángeles, y foto del alcalde de La Laguna y del presidente del Cabildo, espléndido, si no fuera porque es otra "añagaza" de cara a las elecciones. Perdón por la duda.

Mientras, dicen que Gran Canaria se lleva la mejor parte de la tarta, chapó para sus gobernantes y cero patatero para los nuestros. En Tenerife impera la cháchara y poco el "jace, jace". Es una pena. Así que, señor Izquierdo, no pierda comba, siga con sus diatribas y ponga en jaque a esta clase política que nos gobierna. El empleo puede esperar, el hambre y la miseria también, pero sus estómagos se atiborrarán esta Navidad.

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