Amado público, hoy comienza un espectáculo de esos que nuestra esmerada democracia nos regala de vez en cuando para solaz de quien tenga ganas de divertirse. Por un lado tendremos los coros y danzas del partido que gobierna en este Estado venido a menos, llámese PSOE, diciendo que a Canarias le ha tocado el primer premio de la Lotería de los Presupuestos Generales del Estado para este año y que nos van inflar a millones.

En la otra esquina, con manta sabandeña, tendremos a la parranda plusmarquista del nacionalismo asimétrico del Gobierno de Canarias diciendo que nos han dejado sin obras para colegios, sin fondos para lucha contra la pobreza, sin esto y sin aquello y, sobre todo, que se han pasado por el refajo el REF y el Estatuto de Autonomía.

Para atisbar la cruda realidad van a tener que pasar algunos días, porque sumar con decencia las cifras de unos presupuestos generales del Estado lleva su tiempo. No vaya a ser que le pase a uno lo que al secretario general de los socialistas canarios, Ángel Víctor Torres, que se lanzó a la piscina diciendo que hay 67 millones de euros para subir el sueldo de los funcionarios del Estado en Canarias. Y como los funcionarios estatales en las Islas son unos treinta mil, si uno se toma la molestia de dividir sale como a 2.600 euros de subida por cabeza. Y va a ser que no.

Lo que sí se puede afirmar, entre tanto cañonazo, es que se va a meter una manta de inversión en Cataluña (unos 2.251 millones de euros, casi mil más que el año pasado) en Navarra (suben un 92%) en Andalucía (un +44%) y en Valencia (un +60%). Fiel a su guión, Pedro Sánchez pretende convencer a los independentistas catalanes y demás socios posibles que si no aprueban sus presupuestos -y apoyan su Gobierno- se van a pegar un tiro en el bolsillo. Las inversiones en obras públicas en la "nonnata" república catalana se salen del plato. Y eso sin saber las habituales trampillas de la inversión "no regionalizable". Por lo tanto, sin afilar mucho el lápiz se puede decir que tanto en inversiones como en financiación del gasto, las Islas Canarias se van a quedar, en sus expectativas, como un carámbano, congeladas en lo que habían rascado el año pasado, si no peor.

Los presupuestos -de los que ya hablaremos en profundidad: ¡oh, qué coñazo!- disparan el gasto público sobre la base de aumentar los ingresos fiscales en unos 22.000 millones. Esa previsión es muy osada teniendo en cuenta como está el mundo. Las repercusiones de un mal "brexit" o una flojera del mercado de las deudas públicas podría convertir tanto optimismo en papel mojado y el batacazo sería de los que hacen época. Entre apocalípticos y triunfalistas, quédese usted con una evidencia: esta vez "el gordo" le ha tocado a otros. A esos que tienen los votos que Sánchez necesita.