Esta semana voy a recordar, igual que la del 17 de enero, la figura de un buen amigo, magnifica persona, siempre dispuesto a ayudar, buen y original pintor, reputado y buen intérprete de la música. Nos referimos a José Luis Fernández García, que firmaba sus obras pictóricas como "Lanzaran", apellido de su abuelo materno. Nació José Luis, en Santa Cruz de Tenerife, en el año 1929, y tristemente falleció, porque Santa Cruz perdió un buen y polifacético artista, en mayo de 2014, mayo en el que cumpliría 90 años. Su padre, también pintor, tenia el sobrenombre de "Casaseca". Era un buen conversador, de gran empatía y colaboración, amabilísimo, siempre dispuesto a poner sus habilidades para alegrar el ambiente, con el corazón dividido entre la música (acordeón y piano), interpretando toda clase de música, desde la clásica hasta encantadores boleros, y la pintura. Según el conocido Dimas Coello, "musicalizaba su pintura".

Realizó sus estudios de Bachillerato en diversos colegios de Santa Cruz: Colegio de la Pureza (1933), Escuelas Pías (1940), San Ildefonso (1942), Tinerfeño Balear (hasta 1947). En esa fecha ingresó a trabajar, debido a necesidades familiares económicas, en el Instituto Nacional de Previsión (INP), como auxiliar. Como buen español, realizó su servicio militar en el año 50, en el Sahara español, a los 21 años, siendo nombrado cabo instructor. Era una persona cumplidora. Una vez licenciado, ingresó nuevamente en la oficina del INP. En 1956 realizó un viaje a Cuba con los Coros y Danzas de España. En el año 1957, pidió la excedencia y se fue a Venezuela, allí trabajó como despachador de buques. En 1959 regresó y volvió a ingresar en el INP, realizando unas oposiciones al Cuerpo Técnico y comenzando sus estudios de Bellas Artes, graduándose como profesor de Dibujo. Contrajo en esa época matrimonio con doña Paquita Correa Concepción. En el transcurso de sus estudios de Bellas Artes fue elegido consejero nacional del SEU, defendiendo que se crearan las facultades de Bellas Artes en La Laguna y en Las Palmas de Gran Canaria.

Intervino como pintor en seis exposiciones colectivas: Museo Municipal de Bellas Artes, en 1967; Instituto de Estudios Hispánicos (Puerto de la Cruz), en 1975; Colegio de Doctores y Licenciados en Bellas Artes, en 1986; Instituto de Estudios Teológicos, en 1989; en el Ayuntamiento de La Laguna, en 1989, y en la Sala de Exposiciones de CajaCanarias, en 1999. Lógicamente, también fue autor de numerosas exposiciones individuales: en el Casino de La Laguna, en 1975; en San Sebastián (Guipúzcoa), en 1979; en el Real Casino de Tenerife, en 1987, 1996, 2001 y 2003; en el Real Club Náutico de Tenerife, en 1994, 1999 y 2000; en el Parlamento de Canarias? previa solicitud de la Fundación Cultural Canaria Betancourt y Molina. Además de su original y gran dominio musical y pictórico, fue también escultor, realizando una obra en memoria del doctor Miguel López González, situada en el polideportivo de la autopista Santa Cruz-La Laguna.

Siempre obtuvo magnificas críticas. Nuestro recordado Juan Marrero González (q.e.p.d.) le dedicó a su obra, en 1999, unas valoraciones elogiosas, de las que entresaco: "Lanzaran es un pintor siempre indagador de nuevas vías para la pintura, destacando su creatividad y que disfruta ilusionadamente de su labor artística". El conocido critico Joaquín Castro, refiriéndose a su exposición del 2001 en el Real Casino de Tenerife dijo: "En Lanzaran destacaría que en sus cuadros esta la vida, sabiéndose situar ante ellos, predominando la soltura realizadora y el dominio de los temas, que sabe delimitar y centrar, ofreciéndonos una contemplación distinta, pero real, intimista y abierta. Todo esto revestido de un color luminoso, muy propio de su hacer, aplicado con dominada maestría, respondiendo a una forma de saber ver, que nos descubre siempre la realidad. Su cromatismo es utilizado con pinceladas seguras y firmes, dando como resultado una obra coherente y bella. Predomina en este pintor la soltura realizadora y el dominio de los temas. Sus rocas son acariciadas por un mar sereno, a veces bravío, como ocurre en las costas del Norte de Tenerife. En su trabajo está presente el aire y el mar, con lo real y a veces irreal. Lo hace de una forma rotunda y cerebral, dominada y controlada. Es hombre de espacios abiertos, entregándose a la naturaleza en intima comunicación, ¡la vive! Se quedó con el desconsuelo de haber obtenido el Premio Canarias de las Bellas Artes. Ignoro si se podrá conceder a titulo póstumo, pero si hay alguien que se lo mereciera era José Luis. Un cordial recuerdo, hasta siempre.