La Laguna es, con mi pueblo, el Puerto de la Cruz, el sitio urbano que más amo de todos aquellos en los que he vivido. Por el perfecto trazado de sus calles, por su clima respetuoso con las distintas estaciones, por sus edificios y sus tejados, por sus instituciones civiles o populares, por su Universidad y por su viejo Instituto, por sus patios, por sus tiendas viejas, por la limpieza invernal de sus noches, por su lluvia, por sus adoquines, por sus bares? y por el Ateneo.

Ahora he estado otra vez en el Ateneo. Cuando estoy allí recuerdo personas y fantasmas, la vitalidad de Alfonso García-Ramos, la sabiduría política de don Antonio Martinón, la humanidad generosa de Alberto de Armas, el silencio risueño, y triste, de Arturo Maccanti? Por aquel día en que Alfonso García-Ramos y Elfidio Alonso presentaron allí, hace tantos años, la gran creación de nuestro compañero, Los Sabandeños. Fue una fiesta popular y cultural y civil, dar a conocer el que luego habría de ser el estandarte narrativo, y poético, más popular de la historia del folklore del siglo XX.

Entonces este cronista era un chiquillo que vivía cualquier acontecimiento de esta naturaleza con mente de periodista, y creo que hice un relato de aquel momento que el Ateneo atesora en su historia como una fecha alegre que ya ha contaminado, para mí, muy favorablemente, todo lo que significa el Ateneo en mi memoria. Después pasaron muchas cosas con esa feliz creación y con el Ateneo, y con Alfonso García-Ramos, que nos dejó demasiado pronto y que significó, en el periodismo y en la política, generosidad y entrega, y sentido del humor, además de sentido del ritmo.

Ahora he vuelto al Ateneo; fue este viernes, para presentar, con mi amigo Sabas Martín, un libro que es consecuencia de la dedicación increíble de un escritor joven, 45 años, Roberto García de Mesa. Poseído por la convicción de que le está haciendo justicia al pasado, Roberto ha hurgado hasta en lo más oscuro de la historia del surrealismo canario de los años treinta, a partir del libro "Facción española surrealista de Tenerife", de Domingo Pérez Minik. El libro fue presentado en diciembre de 1975 y nunca hasta ahora ha tenido un estudio crítico de esta categoría, que lo situara en la historia cultural de las Islas en su verdadero sitio. Ediciones Idea es su sello.

Como dijo Sabas Martín en la presentación, el libro sitúa a Canarias, y sobre todo a la isla de Tenerife, en un momento crucial de la lucha internacional antifascista, pues aparte de los accidentes o incidentes literarios del surrealismo, esa corriente cultural fue, asimismo, un puñetazo contra todos los fascismos. Y ahora que los fascismos chiquitos y grandes se dan la mano contra la libertad de los hombres, en nuestro país y en Europa, revivir aquel ejemplo que supuso aquí Gaceta de arte conviene como un antídoto contra la acomodación en la barbarie.

Me pareció que en ningún otro sitio que en el Ateneo se podían decir esas palabras y presentar ese libro. La Laguna ha sido un motor democrático de la intelectualidad y de la política de la Isla y de las Islas, y el Ateneo ha sido, aún en tiempos oscuros, difíciles, un estandarte de las ideas liberales, socialistas, antifascistas, de la historia, de modo que allí se hiciera este homenaje a un ser tan entrañado en esas luchas como Pérez Minik tenía que resultarnos emocionante y justo. El trabajo de García de Mesa, minucioso, autorizado, extraordinario, es, junto con ese símbolo que constituye el Ateneo, una buena noticia para los que estimamos que aquella época, los años 30, fue un momento crucial y añorado del tiempo del que esa facción surrealista sigue siendo símbolo.

Al salir del Ateneo me vino, como siempre, un entrañable tono musical que asocio al hermoso Ateneo, aquella copla de Los Sabandeños (seguro que la letra es de Elfidio) que reza así: "Salimos del Ateneo/ por la calle Juan de Vera/ cuando vimos a Nijota/ con Veremundo Perera?". Tantas noches, tantos ritos, tanta vida saliendo del Ateneo por la calle Juan de Vera?, ya sin Nijota, ya sin Alfonso, ya sin tantos iconos que el tiempo se llevó.