En el periódico EL DÍA del pasado 9 de febrero, se publicó un artículo sobre los últimos vestigios del franquismo y que el Ministerio de Justicia exige acelerar la eliminación en varios ayuntamientos canarios de los homenajes al régimen franquista de sus calles, plazas y monumentos. Comienza el artículo diciendo que lo que para algunos es un claro ejemplo de justicia, para otros forma parte del "juego político", con lo que estoy plenamente de acuerdo. Recordar una vez más que soy apolítico, es decir no formo parte, ni simpatizo en particular con ningún partido político, me ajusto a mis creencias y a lo que me parece justo y bien. Nací en el año 1936, por lo que puedo opinar de lo vivido en estos años. Es al menos curioso, que los partidos considerados "de izquierda" solo condenan el franquismo y la "dictadura correspondiente", no hablan, ni critican, por ejemplo, la República autora de la masacre de Paracuellos de Jarama, asesinados por ser religiosos o incluso por ir a colegios religiosos. Al final de la República, que yo recuerde, mucha gente en Canarias, especialmente mujeres, no tenían zapatos que ponerse, iban descalzas, vivían en cuevas, no tenían viviendas. Fue en la época de García Escámez cuando se construyeron viviendas sociales, que aún perduran, con sus mercados, centros médicos, escuelas y viviendas para los profesores, ¿y por qué no?, iglesias, pues la gran mayoría de la población era católica.

Uno de los municipios citados es Santa Cruz de Tenerife, donde según los articulistas se mantienen vestigios del franquismo, a pesar de haber cambiado el nombre de numerosas calles, que todos los que vivimos aquí conocemos. Y entre los monumentos, cita el mal llamado monumento a Franco en la esquina entre la avenida Francisco La Roche y la Rambla de Santa Cruz (antes llamada del General Franco, ya que se construyo por su indicación). Pues bien, ese monumento fue propuesto por el entonces gobernador civil Pablo Abril, al general Franco, "que lo rechazó", y le costó el puesto al gobernador, quien, por cierto, le dio nombre a la plaza anexa, entre la Comandancia de Obras y la de Marina, y ahí sigue. Curiosamente el monumento fue construido a base de una cuestación popular, no creo que pudieran obligarles a poner su dinero. Esta escultura de gran valor artístico, construida por un afamado escultor "socialista", Juan de Ávalos, autor también de gran parte del Valle de los Caídos. Mira por donde la Ley 52/2007 de la Memoria Histórica, por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas a favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil (¿de los dos bandos o solo de uno? ) y la dictadura (la que estableció la Seguridad Social y construyó barriadas, el Mercado de Nuestra Señora de África, la Universidad, la autopista Santa Cruz-La Laguna, Correos, el Cabildo, el Balneario para uso de los ciudadanos, etc.), dice en su articulo 15: "Símbolos y monumentos públicos", en su apartado 2: "Lo previsto en el apartado anterior (retirada de los símbolos?) no será de aplicación cuando las menciones sean de estricto recuerdo privado, sin exaltación de los enfrentados, o cuando concurran razones artísticas, arquitectónicas o artísticas religiosas protegidas por la ley". Como comprenderán, en este caso se reúnen varias de estas exenciones. "Razones artísticas-arquitectónicas y artísticas religiosas", que si no lo esta debería estar protegido por la Ley, y no en el estado de deterioro y abandono actual.

Se cita otros ayuntamientos como Garachico, El Tanque, San Juan de la Rambla, que expresan que ya han cumplido con lo exigido, y La Laguna, donde aparte del callejero se habla de una placa en la Iglesia de La Concepción, donde se dice que la reconstrucción de esta Iglesia Matriz se debe a la decisión personal del Jefe del Estado español, don Francisco Franco Bahamonde, que tomo a su cargo rescatar para la historia isleña, esta joya? ¡Qué mala persona era! Personalmente, yo creo que reúne las condiciones del articulo 15. Pienso que en la Península habrá ocurrido algo semejante, pero en Canarias en esos años se construyeron numerosísimas obras sociales, escuelas, centros médicos, etc., que no existían, en todas las Islas. La octava isla, La Graciosa, debe su estado actual a una visita del General García Escámez, quien mandó construir viviendas, centro medico, escuelas, comercios? dando vida a una población hasta entonces abandonada. Si en la guerra civil y años siguientes hubo cosas execrables, fueron en los dos bandos enfrentados. Creo que esta ley debería centrarse en casos particulares o personales, que sin duda los hubo, pero en los dos bandos.