Convocadas por un presidente ocupa, entraremos de lleno en otra campaña de mentiras y falsedades. De aquí al 28 de abril veremos enfrentamientos, imágenes en blanco y negro que queremos dejar atrás, y volverán a someternos al "tu más", yo soy el bueno y tú el malo.

No sé si podremos aguantar todo los que se avecina. Mi buen amigo Paco Guzmán, de Madrid, dice que en cuanto empiecen a llegar por correo las papeletas, las lanzará a la papelera, pues no hay derecho a que se gasten 140.000 euros del ala, pudiendo haberlas incluido en las elecciones de mayo. El caso es derrochar y repartir sobres por gusto, cuando lo ideal es recogerlo directamente en el colegio electoral y echarlo en la urna. Nunca piensan en el ahorro.

Empiezan sesenta días por delante para las generales y noventa para las municipales, autonómicas y europeas, así que aprovecho para dar mi opinión, pero eso sí, resaltando de antemano que no me gusta esta política rastrera y de falta de sensatez y, que el mayor problema de los políticos actuales es su falta de miras, el escaso amor y respeto por la patria y las instituciones del Estado, y esa avaricia y afán de enriquecimiento ilícito.

Por el mismo orden que hacen los medios, empiezo con Pedro Sánchez, un auténtico remedo de Kennedy, copiando gestos y poses, y que si le dejaran pondría en La Moncloa una mecedora. Habla a borbotones, pero su orgullo y ansia de poder le pierden. Su partido anda bastante desdibujado, con muchos sectores que no le quieren, pero su constancia y tenacidad, características positivas de antemano, lo llevarán a tomar decisiones sin prejuicios y a pactar con el mismísimo diablo.

A Pablo Casado le pierde su falta de prudencia. Se adelanta en sus conclusiones y a veces se muestra despiadado, por lo que debería sujetarse la lengua. Los problemas de su partido no son solo la corrupción, que ya les ha pasado factura, no alcanzará la cifra de diputados de su antecesor y también tendrá que pactar, pero lo más inquietante es que no se le conocen virtudes de gestor, al igual que Pedro Sánchez.

Alberto Rivera parece un joven prometedor que tiene una indefinición que lo hace vulnerable. Se apoya en sus compañeros, algunos buenos, pero las ganas de poder y las dudas no lo llevarán a conseguir los votos suficientes. Sinceramente, ni él ni su programa terminan de convencerme. Sin embargo no es agresivo y eso le puede ayudar, tendrá que conformarse y pactar con los conservadores, pues no es un hombre de izquierdas. Por ahora parece limpio respecto a la corrupción.

Pablo Iglesias llegó a puño alzado luchando contra la casta y ahora es casta y media. Desaparecido hace semanas, disfrutando dicen de su permiso de paternidad, estará viendo desde su casoplón cómo su partido va desdibujándose. Es imposible mantener el barco a flote con tantas siglas distintas desmembrándose interiormente. Venezuela les pasará factura.

Santiago Abascal de Vox es el gran desconocido. Dicen que son la infantería, que llegan andando, en metro o taxi al Parlamento para luchar por los de a pie de calle. Que comerán el menú del día y que no quieren prebendas ni ninguna clase de ventaja, fuera excesos, sobresueldos, asesores, coches oficiales? Dicen que vienen para servir a España no a servirse de ella. Parados, especialmente los de larga duración, pensionistas, mileuristas, gente cansada porque lo está pasando muy mal? ese es su foco de votos, pero necesitan muchos. Creo que darán la sorpresa y serán indispensables para gobernar España. Veremos si cumplen con sus parámetros de seriedad y honestidad que defienden, porque es muy necesario con esta clase política actual que precisa de un escarmiento, tanto en España como en Europa.

No se puede permitir que unos pocos muy ricos sigan controlando a muchos pobres. La izquierda siempre acaba destrozando la clase media, motor de cualquier economía, y esa es la razón de que surjan partidos como Vox. Estas van a ser las elecciones más fragmentadas de la historia, pero por el bien de la ciudadanía prefiero que gobierne el centroderecha, basta de derroche, sacar muertos de tumbas, progresismo barato y hay que dar fin al independentismo y los nacionalismos. Merecemos un buen gobierno.

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