El pasado sábado pulverizamos todos los récords habidos y por haber en cuanto a asistencia al Carnaval se refiere. El sábado de piñata (un día absolutamente inusual) se congregaron más de 400.000 personas en el área del cuadrilátero mientras cantaba Juan Luis Guerra. Fue una conjugación de los astros, porque nadie lo pudo prever: ni el ayuntamiento, ni la gran masa de carnavaleros. Y existe un estudio que asegura que a partir de un número bastante elevado de personas de fiesta en la calle, no hay urinarios callejeros que contengan los ríos de pis que esas 400.000 personas soltaban y que casi duplicaban el récord Guiness 30 años después con Celia Cruz. Por cierto, entonces Zerolo era el concejal de Fiestas del alcalde Manolo Hermoso.

El Carnaval había que reinventarlo porque había llegado el momento en que se había venido a menos. Y fue en el 2008, siendo (curiosamente) también alcalde Miguel Zerolo, cuando Paco Padrón le contó a Ángel Llanos la idea de organizar un carnaval de día. Y fue entonces cuando empezó a levantar cabeza de nuevo. Ese invento triunfó como la Coca Cola (nunca mejor dicho). Este año, toda una intendencia programada por la administración Bermúdez se quedó tan asombrada como nosotros mismos ante un fenómeno insólito. La ciudad ha vuelto al circuito obligado de los grandes artistas, y es un lujo. Y es que la del sábado fue la demostración de que la gente está cansada de correr, está agobiada en una vida que nos lleva a todo tren a donde quiere, y que precisamos liberar la mente (y el cuerpo si fuese menester). Y todo como si fuera un flashmob fantasma. Pero en cualquier caso: ¡enhorabuena Santa Cruz!

@JC_Alberto