Esta semana el Parlamento de Canarias aprobó la Ley de Calidad Agroalimentaria. Un hito demandado por el sector que viene a defender a nuestros productos, a quienes los producen y los consumen. Se trata del fruto del trabajo intenso de todo el personal del Instituto Canario de Calidad Agroalimentario (ICCA) del Gobierno de Canarias, de los miembros de la Comisión parlamentaria de Agricultura, de los letrados del Parlamento, los cabildos y todas las organizaciones profesionales del sector. Es una norma aprobada por unanimidad, lo que habla mucho de la capacidad de diálogo de todos los que han participado en su elaboración, a quienes debemos de agradecer ese esfuerzo.

La Ley contribuye a esa apuesta que el sector y el Gobierno de Canarias hemos impulsado para la elaboración en Canarias de productos de calidad. Difícilmente podremos competir en cantidad con productores del continente, pero nuestras singularidades en cuanto al clima, el territorio y la forma de elaborar nuestros productos nos permiten competir en un mercado que cada vez apuesta más por la calidad y otros valores vinculados al medio ambiente. Ese mensaje está empezando a calar no sólo entre los consumidores de nuestras Islas, sino también ente todos aquellos que nos visitan y es ya un complemento para nuestras exportaciones, que crecen cada año.

El documento establece nuevas menciones de etiquetado (elaboración artesanal del producto, vino de frutas, referencia a una explotación vitivinícola...) y aborda la definición de determinados términos acuñados por el uso, propios de nuestra Comunidad, lo que ayuda al consumidor a disponer de mayor información, y al sector, a posicionar sus productos con mayores garantías.

Mención especial merece la agricultura ecológica. La Ley recoge la reducción de tasas burocráticas, también para la obtención del Logo RUP, y amplía las posibilidades de comercialización lo que, unido a la convocatoria de ayudas para los productores y programas de divulgación como Ecocomedores, proyectos ya en marcha, nos permite seguir avanzando en lo que será, sin lugar a dudas, la fórmula de producción agraria del futuro.

El Consejo Canario de Control de la Cadena Alimentaria, como órgano colegiado interdepartamental que coordinará los esfuerzos administrativos de control; la obligatoriedad de que los operadores dispongan de un sistema interno de control de la calidad; la regulación del régimen sancionador; la declaración de Canarias como libre de cultivos transgénicos o la creación de la figura de alimento del año en Canarias son alguno de los aspectos que están incluidos en esta normativa, que también limita el uso de la palabra Guachinche, modificación introducida gracias al esfuerzo de la asociación de propietarios de este tipo de establecimientos.

Se trata, en definitiva, de un texto que será el referente en el futuro de la calidad agroalimentaria de Canarias, que protege al producto local y a los consumidores, y que es merecedora de un reconocimiento público por haberse aprobado por unanimidad, por la implicación de todos los que han participado en su elaboración, en especial los profesionales del ICCA, para hacer realidad esta Ley.

*Consejero de Agricultura, Ganadería, Pesca y Aguas del Gobierno de Canarias