Las carreteras tinerfeñas están atascadas. Miles de conductores sufren, a diario, el colapso de las principales vías de la Isla en sus desplazamientos al trabajo, e incluso los turistas se topan con enormes colas en sus trayectos al Norte o al Sur. La congestión de tráfico no solo afecta a la movilidad, sino que también influye en la seguridad, al aumentar el número de accidentes, y al desarrollo económico de esta isla, que ve obstaculizada su conectividad. Un informe elaborado recientemente por la Guardia Civil radiografiaba la situación: Tenerife es el segundo territorio de España con mayor volumen de vehículos por kilómetro de carretera, el tercero en número de guaguas y el cuarto en vehículos pesados. Es decir, la densidad actual triplica la media nacional, ya que existen 776.000 vehículos para una población cercana al millón de habitantes.

Con unas cifras tan contundentes es difícil hallar soluciones que alivien el tráfico en las dos autopistas. Son muchas las opciones que se han estudiado, proyectado o puesto en marcha: el carril bus-VAO (vehículos de alta ocupación), carriles de desaceleración, nuevos enlaces en los accesos a los principales núcleos turísticos, ampliación de carriles en algunos tramos, la reducción de vehículos pesados en horas punta e incluso el cambio de horario de la Universidad para evitar que trabajadores y estudiantes coincidan en sus traslados. Pero son pequeños parches para un grave problema que requiere de grandes infraestructuras, incluido el tren al Norte y al Sur -proyecto a largo plazo-, para poder solventarlo.

La obra más importante es el cierre del Anillo Insular, que circundará la Isla en el futuro. Aunque ya funcionan algunos tramos, es crucial completar con urgencia la conexión Santiago del Teide-El Tanque, de 11,3 kilómetros de longitud, que unirá los corredores Norte y Sur. La nueva vía dará continuidad a los tramos Adeje-Santiago del Teide e Icod de Los Vinos-El Tanque. Con ello, se conseguirá conectar las carreteras TF-1 y TF-5 por el oeste. Este plan incluye el túnel de Erjos, de más de cinco kilómetros y uno de los más largos de España.

Como no podía ser de otra manera, o sí, este proyecto ha incendiado la precampaña electoral en Tenerife, tanto por el retraso que acumula -en gran parte, por los recortes del convenio de carreteras del Estado- como por el número de carriles con los que contará la vía. El vicepresidente del Gobierno y consejero de Obras Públicas, Pablo Rodríguez, fue contundente esta semana al anunciar la inminente adjudicación del proyecto, a cuyo concurso se presentaron seis empresas, lo que significa que los trabajos deben comenzar en abril o, como muy tarde, en mayo. Si bien se construirá ahora un solo carril en cada sentido -dos dentro del célebre túnel-, más adelante, una vez concluya el proceso de expropiaciones, está previsto construir una autovía con cuatro carriles. Eso sí, para eso no contempla fechas. En todo caso, esta obra, la más cuantiosa del país en 2019, es una de las actuaciones fundamentales para descongestionar el tráfico en Tenerife. Sólo resta que se cumplan los plazos y paciencia, mucha paciencia.