Metidos de lleno en el año 2019, la coyuntura económica de Santa Cruz se mantiene en los mismos términos que en años anteriores: al alza. Las cifras de contrataciones y la creación de empresas, fundamentalmente, siguen en curva ascendente, tendencia que esperamos mantener.

Para ello es imprescindible que la situación económica a nivel general -mundial, europea y española- no dé muestras de debilidad y que, sobre todo, las decisiones políticas que se tomen en el ámbito del Estado generen más confianza que la trasmitida en estos últimos meses.

Sea como fuere, desde el ayuntamiento seguiremos nuestro propio camino. Un camino que iniciamos ya hace ocho años y cuyo objetivo ha sido siempre estimular la actividad económica de la ciudad, a través fundamentalmente de la rebaja de la presión fiscal a las empresas y a las familias. Con una idea clara: que hubiera más dinero disponible, bien para la inversión, bien para el ahorro.

Esa política se ejecutó inicialmente puertas adentro; es decir, antes de que se manifestara o proyectara hacia los vecinos, primero tuvimos que poner en números azules las cuentas del propio ayuntamiento. Algo que no fue sencillo, porque partíamos de una situación francamente mala. Tan era así que en el año 2012 la deuda municipal ascendía a 142 millones de euros. Este año, en cambio, ya tendremos a cero ese capítulo.

El saneamiento de las cuentas nos permitió también ir aumentando las partidas para inversiones, que tienen además un efecto directo para la generación de actividad económica y creación de puesto de trabajo en la ciudad. En este caso, hemos pasado de 5 millones de euros en 2011 a los 56,4 millones que tenemos presupuestados para este mismo año. Dinero del que se beneficia la ciudad entera, pero sobre todo sus barrios.

Y para cuadrar ese círculo, todo lo hemos hecho sin incrementar la presión fiscal. Solo este año hemos disminuido los tipos de varias figuras impositivas como el Impuesto de Rodaje, con un nuevo descuento aproximado del 25%; la bonificación de la Plusvalía Municipal, de hasta el 95% en caso de herencia, o del Impuesto de Bienes Inmuebles, para vecinos del Parque Rural de Anaga y para familias numerosas.

De la misma forma, hemos minorado la tasa de Utilización Privativa o Aprovechamiento Especial de los Bienes de Dominio Público Municipal, que grava los quioscos, los puestos o ventas con ocasión de fiestas tradicionales, los puestos fijos o ambulantes en conciertos, espectáculos y atracciones o los rodajes, grabaciones o retransmisiones en bienes de dominio público.

Todo ello tiene una repercusión directa y positiva en la calle. Los chicharreros se han ahorrado en impuestos, solo desde el año 2015, nueve millones de euros, al tiempo que el impacto económico de esa política se ha calculado en 28 millones de euros, de acuerdo con un estudio de la CEOE.

Estos datos reflejan la rentabilidad económica y social de la política de reducción fiscal, porque lo que deja de ingresar el ayuntamiento se multiplica por tres en la economía real, en la calle.

Es una forma de actuar que ha dado excelentes resultados a la ciudad y que seguiremos aplicando, porque no seremos nosotros quienes saquemos a Santa Cruz del círculo virtuoso en el que se encuentra.

*Alcalde de Santa Cruz de Tenerife