Si fuera por Patricia Hernández, el alcalde Bermúdez sería el que de su bolsillo debiera reembolsar el dinero que pide la sentencia del caso Las Teresitas. La candidata a la Alcaldía de Santa Cruz está siguiendo una confusa y falsa línea, en la que intenta culpar al alcalde de algo en lo que no tiene nada que ver. Pero ella erre que erre. A mí Patricia me cae bien, pero una cosa es eso y otra que utilice toda una farsa para hacer mella al actual alcalde intentando ella conseguir alzarse con el sillón presidencial del Ayuntamiento capitalino. Patricia es la antítesis de Bermúdez. Mientras el alcalde se ha pasado toda una legislatura trabajando en silencio y logrando hitos para el futuro de Santa Cruz (léase la recuperación para la ciudad del 70% de los terrenos de la refinería), Patri usa un tono mucho más histriónico que fue el que la dio a conocer cada vez que le chillaba desde su escaño en las Cortes al entonces ministro Gallardón.

Desde antes de la sentencia definitiva de Las Teresitas, la socialista ya le estaba pidiendo al alcalde que recuperara el dinero; pero coño ¿y si llega a cambiar en algo la sentencia final? Pues si Patricia hubiese sido la alcaldesa, hubiéramos hecho el ridículo. Tal y como Bermúdez ha actuado en el caso Las Teresitas, supongo que no perderá un segundo en intentar recuperar ni un solo céntimo de euro para las arcas del ayuntamiento. El alcalde no ha sido en absoluto benévolo con ninguno de los acusados ni los hoy condenados, por lo que cabe entender que está ya en la cosa. En torno a Patricia, humildemente le pediría que dejara el histrionismo de lado porque prácticamente el común de los mortales está harto de la política por los ladridos que de ella provienen. Y hay más, pero cada cosa a su tiempo, porque bien le gusta un lujito a un progre.

@JC_Alberto