Casi todo el mundo sabe, por experiencia, que para estar en la junta de una comunidad de vecinos hay que ser propietario de una vivienda en el edificio. No tendría sentido que asistiera alguien que no forme parte de la comunidad o que no tenga intereses en ella. Tampoco tiene mucho sentido elegir a gente que no va a defender los intereses del lugar en el que vives.

Salvando las muchas distancias que hay, las elecciones vienen a constituir el proceso de elegir a los administradores de esa gran comunidad en la que vivimos. El marketing político ha transformado ese proceso en una especie de elección de un líder o un choque de ideologías. ¿Qué es lo que vemos todos los días? Pues a esos líderes a los que pasean de un lado para otro, sacándose fotos, hablando de todo y pidiendo el voto. Pero en realidad todo eso es un montaje y no responde a la realidad. Lo que toca elegir en la futuras elecciones es a las personas que mejor van a defender nuestros intereses durante los próximos cuatro años.

No tengo ninguna duda de la valía personal de esos grandes políticos que nos visitan. Pero dudo mucho que Pedro Sánchez o Pablo Casado o Albert Rivera tengan demasiado interés por ocuparse de las cosas de nuestra tierra. No es solo que se les vea bastante poco por aquí, excepto cuando vienen a pedir el voto, es que cada vez que nos visitan brevemente uno nota que se han aprendido deprisa y corriendo cuatro nociones básicas de lo que son estas islas. Y poco más.

Los medios de comunicación y las redes sociales nos someten cada día a un intenso bombardeo de noticias. Y lo que se percibe es que esta elecciones se nos presentan como una pugna entre la derecha y la izquierda. ¿Creen ustedes que los intereses de Tenerife y de todas nuestras islas dependen de que gane la derecha o la izquierda? La experiencia nos ha demostrado que los gobiernos peninsulares son todos iguales. Nos ha pasado con gobiernos de derechas y con gobiernos de izquierdas. Si necesitan los votos de los diputados canarios, entonces se acuerdan de nosotros, se firman convenios, se hacen transferencias y se atiende a las necesidades de los que vivimos aquí. Si no necesitan los votos de los diputados canarios, entonces solo se ocupan de los que sí necesitan, como ha sido el caso de Cataluña o el País Vasco en esta última legislatura.

Elegir representantes en esa gran comunidad de vecinos que es España es muy importante. Sobre todo elegir a aquellos que van a representar los intereses de todos los que vivimos aquí, en esta vivienda que se llama Canarias. Porque depende de a quién elijamos, así tendremos de fuerza en el Congreso o el Senado. A lo largo de estos cuatro años hemos tenido el mejor ejemplo con la defensa valerosa e inquebrantable que ha hecho Ana Oramas de nuestras islas. Ha luchado y se ha partido la cara ella sola en Parlamento nacional, enfrentándose a ministros y a líderes políticos sin que le temblara el pulso. ¡Cuántas cosas podríamos conseguir si tuviésemos un Grupo Parlamentario Nacionalista Canario!

El otro día hablaba con algunas personas que en las últimas elecciones generales habían votado por otros partidos. Por grandes fuerzas políticas de ámbito estatal. Y les pregunté si me podían decir el nombre de los diputados de Santa Cruz de Tenerife que habían salido elegidos por esas grandes fuerzas. No pudieron decírmelo. No lo recordaban, a pesar de que habían salido elegidos con sus votos. No lo sabían porque esos diputados son muy silenciosos. Pertenecen a organizaciones jerarquizadas cuyos jefes están en Madrid. Organizaciones donde no se deja intervenir a nadie en defensa de su tierra y se vota lo que se ordena por el jefe de filas.

Y la pregunta que tenemos que hacernos es: ¿a qué diputados o diputadas se supone que tenemos que elegir? ¿A los que nos representen a nosotros y nos rindan cuentas a nosotros o a los que pertenecen disciplinadamente a una organización que les va a decir lo que tienen que hacer y lo que tienen votar? Yo creo que va siendo hora de que aprendamos a ser prácticos. El mejor voto es el que va a favor de los nuestros. A favor de nosotros mismos. El voto útil no es elegir entre la derecha o la izquierda, es elegir a una mujer o un hombre, un canario independiente y libre, que va a ir a Madrid a defender a sus islas sin que nadie le cierre el pico.