Las salas de exposiciones de Tenerife Espacio de las Artes (TEA) acogerán en la primavera del próximo año uno de los acontecimientos más importantes en su corta historia. Los dibujos realizados por Pablo Picasso para "Las señoritas de Avignon", considerada la primera obra cubista, se exhibirán en el espacio cultural capitalino gracias a una segunda colaboración con el Museo Pablo Picasso de Málaga. El director artístico del TEA, Javier González de Durana, calificó como "un pequeño bombazo" este acontecimiento artístico.

Se trata de una colección de más de sesenta dibujos que el pintor malagueño realizó en un cuaderno que se "desmembrará" en la exposición para mostrar las dos caras de cada hoja y apreciar así los que fueron los primeros rostros cubistas y las primeras figuras basadas en máscaras africanas que Picasso vio y luego recreó en algunas de las mujeres retratadas en "Las señoritas de Avignon".

Javier González de Durana se mostró satisfecho con esta propuesta, pues en su opinión "estos dibujos se pueden considerar los documentos fundacionales del Cubismo". Así, el director artístico habló de que esta es la exposición de carácter histórico que organizará el TEA el próximo año ya que "al tener a Óscar Domínguez como protagonista de la colección permanente, nos obliga a realizar una mirada sobre la época en la que vivió el pintor surrealista".

En este sentido, González de Durana explicó que traer esta muestra significa reflexionar sobre un momento histórico del que Domínguez "bebió" porque "es el comienzo de lo que hizo Picasso". A su juicio, esta es una exposición de "contexto histórico" que sirve para comprender mejor no sólo al propio Pablo Picasso sino a los artistas que, como Domínguez, se nutrieron de sus creaciones.

Esta colaboración con el Museo Pablo Picasso de Málaga incluye el "viaje" de toda la colección de Óscar Domínguez que posee en la actualidad Tenerife Espacio de las Artes, compuesta por cincuenta piezas, para ser exhibida a partir del 26 de marzo en las salas de este espacio cultural andaluz. De Durana calcula que esta muestra se exhibirá durante aproximadamente dos meses en la ciudad andaluza.

Antes de su próximo traslado a Málaga, el público tinerfeño aún tiene la posibilidad de ver veinticinco cuadros del pintor surrealista tinerfeño que se exhiben en el TEA hasta el próximo 6 de septiembre bajo el título "Óscar Domínguez. Amigos y allegados", en la que se incluyen algunas de sus obras más emblemáticas como "El domingo" (1935), "Composición surrealista" (1933) o "La Voyante" (1944), una de las piezas más "picassianas" que pintó Óscar Domínguez. El "Autorretrato" (1933), "Los sifones" (años 50) y el "Homenaje a Manolete" (1954) figuran también entre las obras más destacadas que se pueden ver en este momento en el TEA.

En lo que se refiere a la colección permanente que posee el espacio cultural dependiente del Cabildo, integrada por los cuadros de Óscar Domínguez y nuchas piezas de arte contemporáneo pertenecientes a numerosos autores que engloban todos los géneros artísticos, De Durana manifestó su intención de "cambiarla cada seis meses".

Por este motivo, la próxima presentación de la colección se inaugurará el 9 de octubre y, para el primer semestre del año 2010 se diseñará la tercera propuesta expositiva, en la que ya se incluirá una selección de los cuadros de Domínguez.

La primera obra cubista

"Las señoritas de Avignon", considerada la primera obra cubista, fue pintada por Pablo Picasso (1881-1973) en 1907 cuando vivía en su estudio parisino de Bateau-Lavoir, aunque no la exhibió hasta 1916 en el Salon Antin de París, permaneciendo hasta entonces enrollada y escondida. Fue en 1929 cuando el cuadro fue adquirido por el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA), donde permanece en la actualidad, a la viuda del coleccionista francés Jacques Doucet por 150.000 francos. Tras pasar por el Periodo Azul y el Periodo Rosa, la pintura de Picasso entró en una nueva fase en el verano de 1906 marcada por la influencia del arte griego, ibérico y africano. El célebre "Retrato de Gertrude Stein" (1905-1906), que también posee el MoMA, ya revela un nuevo tratamiento del rostro en forma de máscara, aunque la obra clave del periodo es, sin duda, "Las señoritas de Avignon". El estilo radical de esta pieza, cuya superficie se asemeja a un cristal fracturado, no fue comprendido por los críticos y pintores vanguardistas de la época, pues frente a la pintura tradicional, Picasso rompió con esta obra la profundidad espacial y la forma de representación del desnudo femenino. Sobre la recreación del cuerpo de la mujer, el topónimo de Avignon no hace referencia a ningún lugar francés, sino a una calle de Barcelona donde se encontraba el burdel en el que Picasso se inspiró para plasmar la escena. En los primeros bocetos aparecían siete figuras femeninas y una masculina, aunque finalmente se plasman cinco mujeres. Como anécdota, cabe recordar que el (MoMA) organizó en el centenario de la pieza, en 2007, una exposición especial integrada por el propio cuadro y nueve de los dieciséis bocetos conocidos para su realización. Ahora, será el TEA el que acoja los primeros dibujos que realizó Picasso como fase preliminar de esta obra maestra de la pintura del siglo XX.