El cantante Pitingo ofrece hoy viernes en La Laguna sus "soulerías", singular propuesta artística nacida de la fusión del soul con el flamenco. Promovido por el Ayuntamiento de La Laguna, y con entrada gratuita, el concierto dará comienzo a las 21:30 horas en la Plaza del Cristo.

Nacido en Ayamonte (Huelva) en 1980, Antonio Álvarez Vélez, Pitingo, es un intérprete al que el flamenco le viene de casta. Nieto y sobrino de cantaores, su familia está emparentada con tres de las mejores sagas de artistas que ha dado la historia del flamenco: los Carpio, los Valencia y los Pelaos de Triana.

Pero aunque Pitingo haya sido siempre flamenco nunca ha querido renunciar a otra de sus grandes pasiones, la música negra.

Como señala el propio solista, "para hacer una fusión de soul y flamenco hay que conocer muy bien las dos músicas". Pitingo las conoce gracias a su formación, ya fuera aprendiendo el cante en casa o escuchando a los clásicos del flamenco, los Chacón, Vallejo, Marchena, Caracol, Tomás, Pastora, Mojama, Camarón y Morente, o alimentándose del gospel, y, en especial, del soul y sus grandes maestros: Aretha Franklin, Marvin Gaye, Ray Charles y Stevie Wonder, entre otros.

Una fusión que empezó a gestarse con "Pitingo con Habichuelas" (2006), su primer trabajo para Universal, en el que descubría, gracias a la inteligente producción de José Manuel Gamboa y a las guitarras maestras de los hermanos Habichuela, Pepe y Juan, y de los hijos de éste, los Ketama Juan y Antonio Carmona, una nueva forma de cantar y de sentir. Nacía la soulería, el soul por bulerías.

Precisamente el guitarrista Juan Carmona retoma ahora en "Soulerías" la senda que inició Gamboa y apoya desde la producción las innovadoras ideas del cantaor onubense. Le acompañan, asimismo, The Black Heritage Singers, coro de gospel de Nueva Orleans, que añade el contrapunto perfecto a la cálida voz de Pitingo. Todo ello conforma un universo musical al que el cantante incorpora su personalidad para crear, como él lo define, "un flamenco con un nuevo color".

Este nuevo color es la soulería, o soul a ritmo de bulerías. Un ejemplo de ello se halla en el cante con el que se abre el disco, "De Ayamonte a Mississippi", que a juicio de la crítica recuerda al mejor Bobby McFerrin.