La georgiana Lisa Batiashvili es una de las violinistas jóvenes con mayor carisma y virtuosismo pero, además, siente una gran curiosidad por experimentar "la energía de los demás" por eso no dudó en decir "sí" cuando la Orquesta de Cadaqués le propuso que exhibiera junto a ellos su maestría.

El lunes, Batiashvili (1979) tocará en el Auditorio Nacional junto a ellos el concierto de violín de Beethoven, un programa que repetirá al día siguiente en el Auditorio de Zaragoza.

"Estoy deseándolo -asegura en una entrevista con Efe-. Es una orquesta muy especial, muy inspiradora y llena de energía y no creo que haya muchas así en España".

Quien la convenció fue Jaime Martín, flautista de la London Philarmonic Orchestra y de la Chamber Orchestra of Europe, entre otras, y flamante director de la formación de Cadaqués, que eligió el repertorio que tocarán en España precisamente porque Batiashvili tiene "el mejor ''beethoven''" que él ha escuchado nunca.

"Jaime es simpatiquísimo. Es una persona verdaderamente encantadora, buenísimo como flautista y estoy segura de que será una experiencia fabulosa tocar bajo su dirección", corresponde la violinista, que acaba de editar su primer disco con Deutsche Grammophon, "Echoes of time", una delicada mirada hacia sus "raíces".

Batiashvili explica que dejó Georgia, junto a su familia, cuando tenía 11 años para trasladarse a Alemania, donde aprendió con el maestro Mark Lutobsky, alumno a su vez de David Oistrhak, para el que Shostakovich compuso conciertos de violín.

Cuando su profesor empezó a contarle cosas sobre el concierto número 1 de violín de Shostakovich (1906-1975), compuesto en la Unión Soviética "con ansias de libertad", le fascinó de tal forma que también para ella se convirtió en el símbolo de un tiempo en el que cualquier resquicio creativo era utilizado contra la brutalidad del sistema.

Al volver con sus padres a Rusia se dio cuenta de que esa pieza era como "un espejo" en el que sus ciudadanos se veían como querían ser, por eso ha querido que fuera el "corazón" de este disco.

Su Georgia nativa, "un país que no tiene nada que ver con Rusia, ni en carácter ni en nada" -subraya- está representada por la obra de Giya Kancheli "V&V", una composición "muy meditativa", "muy conectada con la naturaleza", con la historia de su tierra, "tan lenta que da muchas posibilidades de dejar libre la imaginación".

En 1994, Lisa y su familia se trasladaron de Hamburgo a Munich, donde vivió durante 15 años y trabajó con la Symphonierorchester des Bayerischen Rundfunks, hasta que se mudó junto a su marido, intérprete de oboe, a París, donde viven con su bebé.

La ganadora -con sólo 16 años- del prestigioso Concurso Sibelius interpreta también en el disco "Lyric Waltz from Seven Dolls'' Dances" junto a la Symphonierorchester des Bayerischen Rundfunks dirigida por el finlandés Esa-Pekka Salonen, que dio el relevo a Gustavo Dudamel al frente de Los Angeles Philarmonic.

"No le conocía y ha sido fantástico trabajar con él. Todo parece fácil, natural, con una intuición fuera de lo común", asegura la intérprete que también se deshace en elogios -"es extraordinaria y muy espontánea"- con la pianista Helene Grimaud, con la que toca la pieza de Rachmaninov "Vocalise op. 34" y la de Arvo Pärt "Spiegel im Spiegel".