"Dos mujeres de entre 25 y 30 años, con una estatura tres centímetros por debajo de la media de la población de la época, 1,55, y un hombre de entre 30 y 35, 1,76 metros, robusto y que, incluso, conserva parte de la barba". Es la descripción forense de los tres cuerpos que han vuelto a la Isla después de haber habitado en ella hace más de quinientos años y salir rumbo a Madrid a finales del siglo XIX. La planta baja del Tenerife Espacio de las Artes (TEA) fue ayer el escenario de la presentación de los restos momificados de estos tres guanches adultos que han sido devueltos a Tenerife para su estudio y exhibición en el Museo de la Naturaleza y el Hombre.

Las momias han estado depositadas desde los años setenta del siglo XX en el Museo Reverte Coma, dependiente de la Escuela de Medicina Legal de la Universidad Complutense de Madrid, y han retornado a la isla gracias a un convenio firmado a finales de 2009 entre el Rectorado del centro docente y el Organismo Autónomo de Museos y Centros del Cabildo de Tenerife.

Tras un periodo de aclimatación, los tres cuerpos momificados serán exhibidos en el ámbito funerario del Museo de la Naturaleza y el Hombre, junto a otros restos de la cultura guanche.

El acto de ayer fue presentado por el presidente del Organismo Autónomo de Museos, Francisco García Talavera, quien subrayó que las momias han sufrido "bastante deterioro" porque "da la sensación" de que con ellas se hicieron prácticas de anatomía.

Por su parte, el director del Museo de Arqueología de Tenerife y del Instituto Canario de Bioantropología, Conrado Rodríguez, explicó que se ha procedido al traslado a la isla de los restos, semicompletos, en las mejores condiciones de humedad, temperatura y vibración para evitar que se añadieran más daños.

Las tres momias también han sido sometidas a tratamientos antifúngicos, bacterianos y parasitarios y a una cuarentena de 48 horas para que se aclimatasen a los almacenes en los que han sido depositadas, "más de cien años después de salir de la isla", añadió Rodríguez.

Una de las dos mujeres conserva restos de órganos internos. Mientras, del hombre están intactos el torso y la cabeza, que ésta en magnífico estado. Su estatura supera en cinco centímetros la media de los aborígenes y su edad se adapta a la esperanza de vida de entonces.

"No son piedras"

El presidente del Cabildo, Ricardo Melchior, que precisó que las momias "no son piedras", destacó su posible procedencia del barranco de Herques, en Arico. Asimismo, valoró que estos restos de seres vivos que habitaron Tenerife hace casi 600 años merecen el mismo respeto que los tinerfeños de hoy, además de ser símbolos de la cultura aborigen de la isla que hay que transmitir a las nuevas generaciones de isleños.

Melchior indicó que las momias ahora recuperadas estarán en las mejores condiciones posibles. Por contra, definió como "muy mala" la situación de la momia guanche depositada en el Museo Nacional de Antropología en Madrid y que las instituciones canarias reclaman desde hace años con el apoyo del Congreso y el Senado, a los que, según Melchior, "el Ministerio de Cultura representado por las dos últimas ministras ha hecho caso omiso".

El político tinerfeño criticó con dureza el argumento del Ministerio para no permitir el traslado: "Dicen que corre riesgo de deterioro, pero hay ejemplos que desmontan ese argumento. Hace unos años, en 2003, recuperamos las momias de Argentina. El viaje fue terrible: ocho horas por carretera de la localidad de Necochea a Buenos Aires, más un vuelo de catorce horas a Madrid y otro de tres a Tenerife. Y las momias llegaron en perfecto estado".

Respecto a la momia del Museo de Antropología, cuyo regreso se reclama, el presidente del Cabildo considera que: "no pinta absolutamente nada en un lugar inadecuado, como es la primera planta del citado museo en una urna de cristal, pegada a una ventana en una sala pequeña en la que también hay cráneos deformes como consecuencia de la sífilis y frente al esqueleto del llamado gigante de Extremadura, todo ello incluido en la llamada colección del doctor Velasco", añadió Melchior.

"La momia en cuestión llegó a Madrid en el siglo XVIII como regalo al rey Carlos III y ha pasado por el jardín botánico, el Museo Anatómico del doctor Velasco, el Museo Arqueológico y, finalmente, el Museo Nacional de Antropología", recordó Conrado Rodríguez.

Melchior recalcó para concluir que las momias que han vuelto a Tenerife "se encuentran en buen estado y van a contar con los medios necesarios para garantizar su pervivencia y buen estado".