"44 años de arqueología canaria: textos escogidos de Luis Diego Cuscoy" es el título del tercer tomo publicado por el Instituto de Estudios Canarios (IEC) dentro de la colección "Biblioteca Luis Diego Cuscoy", que se completará con otros dos libros más. Esta obra, con más de novecientas páginas con fotografías e ilustraciones, fue presentada recientemente en la sede del IEC con la presencia de los coordinadores del estudio, los profesores del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de La Laguna Juan Francisco Navarro Mederos (JFNM) y Miguel Ángel Clavijo Redondo (MACR).

¿Qué significa este libro. Todos los artículos fueron publicados en revistas especializadas o también lo hizo en la prensa diaria? ¿Cuál es la estructura de esta obra y quiénes han colaborado en su elaboración?

Este libro es un compendio de los mejores artículos de contenido arqueológico escritos por Luis Diego Cuscoy a lo largo de su vida, publicados en revistas especializadas o en actas de congresos. Pero hemos omitido los trabajos en prensa destinados al público en general, porque fueron tantos y de tan diversa temática que merecen se les dedique un monográfico especifico. El libro tiene un estudio introductorio donde situamos al autor en su contexto, exponemos su trayectoria investigadora, la evolución de sus posiciones teóricas y metodológicas y, a partir de ello, explicamos por qué y cómo llevó a cabo la investigación concreta que se plasma en cada artículo. La segunda parte contiene la selección de textos de Luis Diego, acompañados por más de cuatrocientos comentarios a pie de página que sirven para actualizar y aclarar el texto originario, y que han sido escritos por quince especialistas en los diferentes temas que trató nuestro autor. (MACR)

¿A qué se deben esas ansias de Cuscoy por difundir sus investigaciones?

Luis Diego Cuscoy era, antes que nada, un pedagogo. Tenía unas cualidades innatas para explicar el mundo que le rodeaba y cuando inició sus trabajos arqueológicos en la década de los cuarenta los enfocaba con una claridad asombrosa. Sabía de lo que estaba hablando y sabía cómo comunicarlo. Cuando se dirigía al gran público solía publicar en el periódico EL DÍA, del que era colaborador habitual, algo menos en La Tarde, y de forma esporádica en algún otro. También dedicaba su tiempo a ofrecer charlas y conferencias en los colegios e institutos de Tenerife, de manera muy intensa a partir de mayo de 1958, año en el que abrió las puertas el Museo Arqueológico de Tenerife. (MACR)

¿Qué descubrimientos y aportaciones destacaría de Cuscoy en el campo de la arqueología en Tenerife?

Él ha sido el gran arqueólogo de Tenerife y la arqueología de esta isla no se entiende sin Diego Cuscoy. Por eso es difícil concretar cuáles fueron sus mejores aportaciones, entre tantas que tuvo. Aunque de Cuscoy destacaría su interpretación general del modo de vida guanche y su modelo económico desde una perspectiva antropológica, inusual en su época y que ha influido enormemente en los arqueólogos posteriores. Luego sobresalen sus trabajos en Las Cañadas del Teide, sus aportaciones al conocimiento de las costumbres funerarias, sus estudios de los objetos de madera, de las cerámicas... (MACR)

¿Hay algún aspecto en concreto en el que Cuscoy fue especialista?

A lo largo de su vida fue interesándose por diferentes temas. Empezó por las cuentas de collar, después por los campamentos pastoriles de Las Cañadas y sus escondrijos, por los enterramientos de Tenerife, más tarde por los grabados rupestres de La Palma, por el poblamiento de Canarias, etcétera. Pero dejando aparte estas cuestiones fenoménicas, algo que le interesó siempre fue entender la relación entre los seres humanos y el medio natural, y en eso se mantuvo firme. (JFNM)

Él mismo fue autocrítico con los métodos que utilizó en sus primeros trabajos de campo, ¿cuáles fueron?

Debemos tener en cuenta que Cuscoy era un maestro de escuela y un poeta, que en determinado momento de su trayectoria vital se dio de bruces con la arqueología y empezó a interesarse por ella. Por tanto, empezó a trabajar en este mundo sin formación académica o de otro tipo, como otros muchos en aquel tiempo, y tuvo que ir aprendiendo, en parte de manera autodidacta y en parte bajo la orientación de sus sucesivos maestros o mentores, como Julio Martínez Santa-Olalla, Elías Serra Ràfols y Luis Pericot. Por eso en sus primeros trabajos realizaba las excavaciones a base de azada y sin tener en cuenta la posición de los objetos, las variaciones estratigráficas, es decir perdiendo mucha información. Pero luego él mismo se dio cuenta de que aquella no era forma de investigar, y se esforzó en ponerse al día en las diversas técnicas de la disciplina; cosa que otros colegas suyos jamás llegaron a hacer, como Sebastián Jiménez Sánchez. De todas maneras, a él siempre le preocupó más cómo interpretar los datos que cómo obtenerlos. (MACR)

¿Qué etapa es la más fiable de Cuscoy como arqueólogo?

La ciencia avanza como avanza la propia formación de los científicos, esto es algo absolutamente normal en arqueología y más aún en la arqueología que hacemos en Canarias. Su obra es aprovechable al cien por cien, pero lógicamente sus trabajos de madurez, a partir de la década de 1960, son los más prolíficos en datos y los que aportan interpretaciones más consistentes. Cuando uno tiene 25 años y publica lo que considera una gran aportación, a los pocos años esa "gran aportación" probablemente haya perdido consistencia, aunque siempre hay excepciones. Sin embargo, cuando esa obra se gesta desde la madurez y la experiencia, suele resistir mejor los embates del tiempo. Por ejemplo, "Los Guanches" es un clásico de la historiografía española y estamos hablando de un trabajo muy reflexionado que publicó con 61 años de edad. (MACR)

¿Y las principales lagunas en sus investigaciones, qué incógnitas han encontrado en las mismas?

Quizás podemos considerar una laguna los grabados rupestres de Tenerife. Nos consta que los conocía de sobra porque era un hombre que dominaba perfectamente la geografía tinerfeña, pero no los interpretó como obras de factura guanche sino más bien fruto de la mano de los pastores y campesinos modernos. (JFNM)

¿Quedan muchos textos inéditos de Cuscoy?, ¿de qué tratan?

Conocemos desde hace tiempo diversos manuscritos, memorias, informes, charlas, reflexiones y diarios de excavaciones, entre otros, que nunca publicó. Pero también nos consta que si no los divulgó es porque consideraba que no merecía la pena ser publicados. Hay que hacer dos salvedades: una es el informe de la excavación de Belmaco, en La Palma, que por motivos administrativos quedó inédito; y el otro es el bellísimo trabajo "Conversaciones con Zacarías", que formaba parte del Homenaje a Juan Álvarez Delgado, que nunca se llegó a publicar. No obstante verá la luz a finales de este año en el número 4 de la Biblioteca Luis Diego Cuscoy. (JFNM)

¿Cuántos libros quedan para completar la Biblioteca Cuscoy, y cuál será su contenido?

El próximo será sobre su labor etnográfica y antropológica, que saldrá este año, como acabamos de decir. Y el último sobre su faceta periodística y literaria. (JFNM)

¿Cuáles son los principales misterios del pasado aborigen en las Islas y los retos más inmediatos de la arqueología?

Más que de misterio, preferimos hablar de dudas científicas. A medida que avanza el conocimiento surgen otras incógnitas que ni siquiera habían sido planteadas, como podemos hoy certificar con los notables descubrimientos en La Gomera y Gran Canaria. Confiemos en que en un futuro cercano se puedan precisar mejor las fechas de la primera colonización del Archipiélago, conozcamos mejor cómo era el entorno que encontraron nuestros antepasados y cómo lo fueron transformando generación tras generación, y cómo fueron cambiando ellos mismos. Por nuestra parte, seguimos empeñados en que el trabajo científico, para que sea realmente útil, tiene que ser conocido por la ciudadanía. La fuerza de la historia, del patrimonio reside en su propio conocimiento. El trabajo que nos queda por delante es seguir divulgando nuestra historia y estimulando la protección del patrimonio arqueológico, que sigue siendo poco conocido, por consiguiente poco valorado y, en consecuencia, muy amenazado. (MACR)