Los editores independientes apuestan por la bibliodiversidad para garantizar la libertad del sector, además de denunciar el peligro de la concentración editorial en unos pocos grupos, la burocracia, la censura y los problemas para la distribución de sus textos, según las principales conclusiones del debate sobre "Alianza Internacional de Editores: ¿Libros o bibliodiversidad?" celebrado ayer en el Salón Internacional del Libro Africano (SILA) que se clausura hoy en Tenerife Espacio de las Artes de Santa Cruz de Tenerife.

La mesa estuvo presidida por el presidente de la AIEI, Thierry Quinqueton, y contó con la participación de representantes de las cinco áreas lingüísticas de la Alianza como el editor camerunés Serge Dontchueng (red francófona); el sudafricano Russell Clarke (Red anglófona); el brasileño Araken Gomes (Red lusófona) y la siria Samar Haddad por la Red arabófona.

Russell Clarke destacó del panorama editorial sudafricano que los recursos financieros y culturales están en muy pocas manos. Sudáfrica, que disfruta una joven independencia, no ha sabido transmitir el amor por los libros entre sus ciudadanos. Apenas un 1 por ciento compra libros en esta país donde la producción cultural está en manos de los blancos. El 40 por ciento de los libros se publican en inglés por editoriales estadounidenses y británicas.

El panorama en Camerún es igual de problemático, apuntó Serge Dontchueng, quien demandó acciones conjuntas y solidarias para presentar propuestas fuertes a los poderes públicos y a quienes se encargan de la distribución de los libros, aunque han aparecido nuevos fenómenos que ponen en peligro la bibliodiversidad como son la censura y la corrupción.

En Brasil, explicó Araken Gomes, la censura no tiene matiz político pero sí económico. Los grandes grupos editoriales que no son brasileños se comen a los pequeños editores independientes al margen de la calidad de los textos que editen.

Samar Haddad coincidió con sus compañeros al retratar el mundo de la edición independiente en los países árabes, aunque la censura ya no solo es de mercado, sino también política y religiosa. En Siria, antes de ser publicado un libro tiene que pasar por cinco filtros de censura.

Todos los asistentes a la mesa manifestaron su preocupación por el analfabetismo ante el que deben de enfrentarse y celebraron que la UNESCO haya reconocido recientemente el Día de la Bibliodiversidad (21 de septiembre), porque materializa una idea que defiende la independencia del libro frente a los gobiernos, las religiones y los grandes grupos de presión económicos.

La jornada de hoy, día de clausura, contempla una mesa de trabajo del sector editorial canario (10:30 horas), un taller de manualidades africanas, cine, cuentacuentos y la presentación de libros, entre ellos "Poesía canaria, antología", de Roberto Cabrera, de El Vigía Editora (13:00 horas).