"Mis riesgos generan riqueza para Canarias, pero todo tiene un límite. Lo que está planificado para el año que viene va a estar condicionado por el grado de implicación de las partes que quieran estar dentro de los proyectos que tengo en mente", asegura Leopoldo Mansito, director de LM Producciones, en relación a la política de recortes anunciada en los presupuestos del área de Cultura del Gobierno de Canarias. "No quiero que me vean como un pedigüeño, pero cada vez que una entidad pública me dio dos yo le devolví al menos cuatro", aclara un promotor que recientemente ha traído al Archipiélago a artistas del calado de Alejandro Sanz, Gloria Estefan, Juanes, Juan Luis Guerra, Maná, Marc Antonhy, Shakira...

Leopoldo Mansito estima que la merma del 65% en el presupuesto de Cultura -ya en el ejercicio anterior se había producido un recorte del 38%- va a poner en peligro más de 18.000 puestos de trabajo y, además, dejará herida de muerte al sector. "Si no reconducen de alguna manera la situación, esto no es un tijeretazo, sino anunciar la casi desaparición del sector cultural", argumenta antes de mantener varias reuniones de trabajo con los responsables de Cultura y Turismo del ejecutivo local.

"Lo que está ocurriendo alrededor de este asunto es como si ahora le decimos a los ciudadanos que se hagan cargo de pagar la totalidad de sus medicamentos, que no van a tener descuentos en los billetes de avión o que las ayudas al plátano van a desaparecer... La cultura no podrá subsistir si se mantienen firme en su política de recortar lo que ya ha sido recortado. Además, cada año este sector aporta más de 35 millones de euros en IGIG a la Hacienda canaria. Muchos critican nuestro oportunismo y justifican la teoría de tener que apretarse el cinturón en beneficio de otras áreas, pero los números están ahí y son pocos los que dudan de que ésta es una economía emergente de la que se benefician otros sectores de la sociedad", explica Mansito.

Cultura y turismo

El director de LM Producciones es consciente de que el modelo actual es "mejorable", pero también tiene claro que mientras "no nos ofrezcan otra alternativa hay que tratar de rentabilizar los recursos disponibles y alejarnos del discurso de que está caduco... Hasta que pongan sobre la mesa otro no podemos especular con un modelo que no existe", puntualiza Mansito en relación a este sistema de reparto: "Ruego que haya una justicia distributiva en las ayudas económicas destinadas a crear cultura, ya que yo no he sido uno de los privilegiados... Que se mire con lupa a los piden esas colaboraciones y calibren mejor la dimensión de los proyectos que se ponen sobre la mesa. En ese sentido, no es posible que un político me diga el día de la rueda de prensa del concierto de Maná que este es el modelo que debemos seguir para promocionar a Canarias en el exterior, y ahora se cuestionen ayudar a los que han arriesgado su patrimonio por traer a las Islas un espectáculo de primer nivel mundial", critica.

Mansito no tiene claro hasta qué punto "la empresa privada, que ya viene realizando un gran esfuerzo económico para respaldar las actividades culturales que se celebran en Canarias, pueden mitigar la alta de un apoyo que debería ser obligado por parte de la administración pública. El Gobierno canario ya nos ha advertido que dispone de poco dinero para el área de cultura, en el Ayuntamiento de Santa Cruz se vive una situación económica extrema y el resto de las instituciones no están mejor... Nadie puede decir que yo he sido beneficiado por los organismos públicos porque mis riesgos empresariales solo recibieron subvenciones muy pequeñas; una parte insignificante en comparación con el proyecto artístico en cuestión", matiza el promotor.

Un modelo "elitista"

Este organizador de eventos musicales se aventura a trazar un panorama oscuro repleto de obstáculos: "Lo único que pido es estar en las mismas condiciones profesionales que los empresarios de la Península y Europa que organizan los mismos espectáculos que yo traigo a Canarias. Que no me penalicen por la insularidad y otros déficit económicos que dificultan el montaje de conciertos como el de Maná: a mí me cobran cuatro euros y pico por cada kilo de carga que muevo entre las Islas y la Península y, normalmente, se transporta unas cien toneladas de material. El alquiler del avión que trajo la escenografía nos costó más de 160.000 euros y, en cambio, la ayuda oficial fue infinitamente más pequeña que el importe de esa factura", dice Leopoldo Mansito.

"Ahora no nos podemos permitir el lujo de retroceder a los años sesenta y solo dar cultura a los que tienen dinero para salir del Archipiélago... Una entrada de Maná en Tenerife, por ejemplo, está entre 30 y 50 euros. Esa misma localidad en otro lugar de España costaría más de ochenta, pero yo no puedo penalizar al público canario con precios elitistas, entre otras cosas, porque vivimos en otro nivel económico, somos la comunidad con más paro y ellos no pueden pagar la insularidad", matiza Mansito.