Ciento cincuenta obras procedentes de destacados museos y colecciones del mundo permitirán hacer un recorrido completo por la obra del artista ruso Marc Chagall, en la exposición que inaugurará el próximo lunes en Madrid.

Organizada en las sedes del Museo Thyssen Bornemisza y de la Fundación Caja Madrid, la muestra repasará toda la trayectoria de uno de los artistas más destacados del siglo XX; un creador singular, con un estilo personal e inconfundible, que ocupa un papel clave en la historia del arte.

El comisario Jean-Louis Prat, presidente del Comité Chagall, ha diseñado un recorrido que permite acercarse a la extensa y particular obra de este creador imprescindible a través de obras seleccionadas en museos como el MoMA, Guggenheim de Nueva York, Kunsthaus de Zürich, el Stedelijk Museum de Amsterdam o la Tate Modern de Londres.

A estas instituciones se une la colaboración especial del Centro Pompidou de París, con el préstamo de nueve obras, y los facilitados por la familia del artista.

Chagall desarrolló un estilo pictórico expresivo y colorista, muy vinculado a sus experiencias vitales y a las tradiciones religiosas y populares de la comunidad judía rusa, creando un estilo personal y difícil de clasificar.

Con una producción rica y abundante, Chagall fue un maestro del color. Sus azules, verdes, rojos o amarillos dan vida a los personajes de su particular universo: un violinista, un rabino, una pareja de enamorados, un saltimbanqui, un paisaje y toda una amplia gama de animales fabulosos.

Considerado como uno de los precursores del surrealismo, André Breton dijo que con él "la metáfora hizo su entrada triunfante en la pintura moderna".

Chagall (1887-1985), nacido en la ciudad bielorusa de Vitebsk, tuvo una larga vida marcada por todos los acontecimientos históricos de la primera mitad del siglo XX.

En 1911 viajó por primera vez a París, donde conoció a pintores como Léger, Modigliani o Soutine, y a los poetas André Salmon, Max Jacob y Guillaume Apollinaire.

Participó en el Salón de Otoño y en el Salón de los Independientes y tuvo su primera exposición individual en 1914, en Berlín, donde arrancó su fama mundial.

Tras unos años en Rusia, en 1922 se instaló en Francia donde vivió el resto de su vida a excepción de un periodo, entre 1941 a 1948, que residió en Estados Unidos para evitar ser deportado.

En 1946, el Museo de Arte Moderno de Nueva York celebró una exposición retrospectiva de su obra que consolidó su reputación internacional.

El recorrido de la exposición por las salas del Museo Thyssen-Bornemisza y la Fundación Caja Madrid sigue un orden cronológico, comenzando por "El camino de la poesía", apartado que transcurre desde los inicios de su obra en Rusia y sus primeros años en París hasta su exilio forzoso en Estados Unidos, incluyendo su experiencia en la Rusia revolucionaria y su regreso a Francia.

"La habitación amarilla", "El violinista", "Dedicado a mi prometida", "La boda", son algunos de los ejemplos de su trabajo en París. Se trata de obras de gran formato y composiciones complejas en las que aparece ese universo nuevo y único creado por Chagall.

El Thyssen mostrará también una serie de cuadros sobre las gentes y paisajes de Vitebsk. "Bella sobre el puente", "El tratante de ganado", "La novia de las dos caras" o "El violinista" son algunas de estas obras.

En "El gran juego del color", en las salas de Caja Madrid, la atención se enfoca en su evolución artística posterior a 1950, con grandes asuntos que centraron el interés del artista en las últimas décadas, como la Biblia o el Circo, su relación con los poetas contemporáneos y su producción escultórica y cerámica.

Las salas exhibirán obras pintadas tras su regreso a Francia como "El circo azul", "La danza", "Los tejados rojos", "Mundo rojo y negro", "La guerra" o "Los amantes en el poste", junto a una selección de piezas escultóricas, cerámicas y relieves, algunas de ellas inéditas.

El recorrido termina con un espacio dedicado a uno de sus grandes temas: el circo. Un mundo mágico por el que muestra gran interés a lo largo de toda su vida y que de nuevo le conecta con su infancia en Vitebsk.

El Museo Thyssen-Bornemisza cuenta en su colección con cuatro obras de Chagall: "La Virgen de la aldea", "El gallo", "La casa gris" y "Desnudo".