El TEA (Tenerife Espacio de las Artes) proyecta, dentro de la exposición dedicada a Stipo Pranyko, un trabajo audiovisual de David Delgado San Ginés (Las Palmas, 1965) a través del cual se ofrece un singular retrato en imágenes del creador bosnio.

"Tríptico Variaciones Pranyko" es el título de este proyecto dividido en tres partes: por un lado, "Stipo Pranyko con cuadros blancos" (un documental de 32 minutos de duración que se proyecta en El Cuarto Oscuro) y, por otro, dos piezas cortas, "La luz en los espacios" y "Stipo, Stefano, Esteban (Ensayo de un diálogo nómada)", que se pasan dentro de la sala de exposiciones.

"Este trabajo es una indagación en torno al artista y persona Stipo Pranyko", explica el realizador canario sobre este tríptico audiovisual que, al igual que la muestra Stipo Pranyko se pueden ver en el centro de arte capitalino hasta el 16 de septiembre, de martes a domingo, de 10:00 a 20:00 horas.

Este trabajo, que cobra un gran valor testimonial al convertirse en una especie de diario oral de Stipo Pranyko (Jajce, Bosnia, 1930), da a conocer tanto la faceta personal como creativa de este "hombre rodeado de luz y que desprende su luz", según el cineasta.

"Stipo Pranyko es una persona de gran luminosidad y muy humilde para ser un artista de relieve", destaca Delgado San Ginés, que valora como notable "su periplo vital, lleno de subidas y bajadas, sus esperanzas y desilusiones notorias así como su fortaleza física y emocional para afrontarlas".

Realizar el documental "Stipo Pranyko con cuadros blancos" -cuya versión completa (de 66 minutos de duración) fue galardonada este mismo año con la Mención Especial del Jurado del Foro Canario en el Festival de Cine de Las Palmas- ha permitido al cineasta canario conocer "a la persona y al artista al mismo tiempo", en sus propias palabras.

"Creo que me ha aportado una visión de la vida y del arte que espero no me abandone nunca", reconoce el realizador, que indica que su intención a la hora de hacer este trabajo era la de salirse "un poco de los terrenos más tratados en el documental a la hora de retratar personas, artistas u obras".

"Me interesaban más las sensaciones y búsquedas que las certezas", agrega, a la vez que recuerda que Pranyko destacó de su filme "su belleza plástica y las continuas sorpresas que deparaban las secuencias".

Explica además que la forma en que montó las distintas secuencias obedece en parte a la forma en que él se iba ofreciendo durante el rodaje y a los diálogos que mantenía con el artista, tanto durante el rodaje en sí como en los momentos de descanso.

"La relación con Pranyko fue magnífica, sutil, de respeto mutuo, dando y recibiendo. Como él se mostró tan abierto desde el primer momento, nos resultó muy fácil entrar en su mundo", recalca Delgado a propósito de un trabajo rodado en su mayor parte en Lanzarote, isla donde Pranyko reside desde hace más de dos décadas.