Jóvenes aunque sobradamente preparados. Una marca de vehículos popularizó en un anuncio de televisión en 1995 esta expresión en un año en el que los créditos se concedían al 12%; existía inseguridad ciudadana en las grandes ciudades españolas; la prima de riesgo estaba en 538 puntos; la tasa de paro era del 22%; y el mercado laboral estaba saturado de universitarios que no podían desarrollar sus conocimientos. Esa generación no tenía conexión a internet de banda ancha ni "smartphones" para consultar Twitter en cada instante y sumarse a un trending topic reivindicativo. Esa sociedad fue capaz cinco años más tarde de recuperarse económicamente.

Vivimos una situación económica similar a la que experimentaron los JASP o Generación X. Ahora tenemos la "Generación #". Jóvenes que poseen unas habilidades tecnológicas impensables hace unos pocos años. No necesitan conocer de memoria la capital de Finlandia porque Google lo sabe. Están acostumbrados a relacionarse y tener interacciones sociales con medios virtuales y por ese motivo no necesitan hablar para comunicarse. Utilizan emoticonos para expresar ideas o sentimientos. Hiperconectados, prefieren tener Wifi a otras comodidades. Migran entre Android y los iPhone sin muchos problemas. Es una generación joven, tecnológica y que también sufre el paro.

La gran diferencia entre estas dos generaciones separadas solamente por dos décadas está en la sociedad de la información. La pantalla conectada a internet ofrece un mundo de conocimiento y también de oportunidades como las del emprendimiento, tan necesaria para retener el talento que tanto dinero y sacrificio cuesta desarrollar en Canarias. Aunque los gobiernos, medios de comunicación y el estado de ánimo general invita a emprender, no es fácil. La competencia en un mundo conectado es superior a la que vivieron los JASP. No tenían que competir con alguien que hacía exactamente lo mismo en ese mismo instante al otro lado del globo.

El mito de que cualquier persona puede crear una idea de negocio, startup, se enfrenta a realidades que se constatan cada día: no todas las startups son viables y los modelos de negocio válidos hace pocos meses dejan de serlo por hechos inesperados como un cambio en las condiciones de servicio de la tienda de Apple. Por ese motivo los programas de apoyo al emprendimiento, como el Foro TF Invierte organizado por el Parque Científico y Tecnológico de Tenerife (PCTT) que está celebrando este año su quinta edición, ayudan a enfocar estos primeros pasos a los emprendedores. Permiten detectar la innovación y aporta los cambios necesarios para que un proyecto ajuste su oferta a las demandas reales del mercado.

Durante las primeras cuatro ediciones de TF Invierte se han presentado 148 proyectos innovadores al programa. 56 de ellos tuvieron la oportunidad de exponer su proyecto de negocio en un aforo con público ante inversores locales y foráneos. Sin embargo, a pesar del apoyo, tutorías, presentación pública y la preparación, no se puede garantizar la viabilidad del proyecto. La tasa de mortalidad de startups es muy alta en España y también en TF Invierte. De los proyectos presentados desde 2012 solo la cuarta parte mantiene su actividad.

Es habitual escuchar críticas de la actividad institucional con los emprendedores. Se suele considerar poco práctica o con ayudas económicas insuficientes. Sin embargo, este tipo de programas es efectivo. En esta edición algunos de los proyectos generan ingresos antes de iniciar el programa. Casi todos cuentan con presencia en redes sociales, página web con imagen institucional, o tienen una primera versión de aplicación de "smartphone". Los participantes de anteriores ediciones no estaban tan preparados.

No es tan habitual escuchar otra realidad de este tipo de programas: la importancia del conocimiento que reciben. Jóvenes emprendedores que participan en esta edición de TF Invierte afirman que el aprendizaje ha sido un aliciente más para presentarse al programa porque de otra forma no podrían obtenerla. También valoran positivamente el aprendizaje que pueden obtener de otros emprendedores. Quieren compartir sus ideas con quienes están compitiendo para ganar un concurso o incluso recibir críticas a sus ideas. Es más, las están esperando para poder mejorar. Saben que viven en una sociedad donde el conocimiento tiene mucho valor, aunque no sea en euros, que este concurso es solo un paso más en un proyecto que puede ser el de sus vidas. Son parte de la "Generación#". La misma que utilizará los servicios que están empezando a crear desde Tenerife.