"Todos los directores sueñan con recaudar mucho dinero con una película, ganar premios y si es posible acostarse con la rubia". A partir de esta máxima, el madrileño José Luis Garci (1944) encadena unas respuestas para dar forma a una entrevista que está atada a un cine en blanco y negro. Ganador de un Oscar por "Volver a empezar" (1982), el miembro de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood compartió anoche debate en el Real Casino de Tenerife con el periodista, escritor, guionista y director Javier Rioyo.

¿Sigue firme en su idea de no volver a hacer cine?

Sí, creo que no volveré a dirigir. Bueno. No voy a decir la frase de James Bond de "nunca digas nunca jamás", pero sigo firme en la idea que manifesté hace ya más de un año.

¿Esa decisión la tomó porque no encontraba su espacio en el cine actual?

No... Por lo que dijo el rey el otro día. Hay que dejar paso a otra generación. Yo hice ya mis películas y me quedan otras cosas por hacer en esta vida. Aquí no acaba todo. Ahora me toca ver cine y escribir.

¿Se fue agradecido por lo que recibió del séptimo arte?

El cine me lo ha dado todo. Yo era un chico que trabajaba en un banco. Sin quererlo empecé a escribir guiones, a ganar premios y a vivir de lo que me gustaba: el cine.

Usted tiene ese sentimiento que invade al montañero que logra conquistar una cima por primera vez. ¿Ser el primer director español en conquistar un Oscar lo convierte en un pionero?

No. En todo caso me siento una especie de Bahamontes. Él fue el primer español que ganó el Tour, pero no hay duda de que Indurain fue mejor ciclista. Algo parecido ocurre entre Manolo Santana y Rafa Nadal. Mi único mérito fue convencer a este país de que un español podía conquistar un Oscar, pero luego vinieron otros que fueron mejores que yo. Antes, incluso, Berlanga mereció uno.

¿En las cuatro nominaciones de la Academia -entre los años 1982 y 1998- se concentra su mejor aportación a la industria del cine?

De todo mi cine, lo que más me gusta es mi última película ("Holmes & Watson"). No porque sea el último recuerdo, sino porque ahí está el cine que había perseguido durante mucho tiempo. Soy un enamorado del cine de Howard Hawks o McCarey y creo que la película que hice sobre Sherlock Holmes es sencilla y directa. Insisto. Ahí está el cine que yo pensaba que un día podría hacer. Además, mi Sherlock Holmes no se parecía en nada a los anteriores. Este no tenía ni cachimba ni lupa. Eso es algo muy complicado de hacer porque hay más de doscientas versiones cinematográficas.

¿Un director de cine se jubila?

Te jubilas o te jubilan. Ya no tengo el vigor de un joven; de un director que está más al tanto de lo que ocurre en España o en el mundo. Con el paso de los años me metí en mi mundo y he perdido el contacto con el cine actual. Si tuviera que escribir una historia de amor o ruptura de una chica de 17 años no sabría cómo hacerlo.

¿Al cine actual le falta emoción y es excesivamente comercial?

¿Al cine que se hace ahora? Lo comercial siempre ha mandado. Todos los directores sueñan con recaudar mucho dinero con una película, ganar premios y si es posible acostarse con la rubia. Todos desean que los críticos digan que eres un genio. El que cuente lo contrario miente. Cuando no tienes el respaldo del público en taquilla dices que a ti no te interesa ese tipo de cine, sino ser más creativo y punto. Si te sale una película aburrida lo arreglas declarando que estás por un cine mucho más contemplativo. Incluso, si la rubia te rechaza tienes la opción de afirmar que ahora estás centrado en el próximo proyecto. Mi cine es el que se hizo en Hollywood entre los años 20 y la década de los 60.

¿Su lealtad por el género clásico es innegociable?

Yo entiendo que haya otros cines como el experimental o el de investigación, pero el mío es el que hicieron John Ford, Alfred Hitchcock, Leo McCarey... Eso es imposible de repetir. A mí me gusta el cine narrativo y clásico de Hollywood. Aprender y dominar ese lenguaje me ayudó a estar nominado cuatro veces a un Oscar.

¿Cuál es su análisis del momento que vive el cine español?

No lo sé. Esa pregunta le va más a Rioyo. A mí me interesaba John Ford, no la política cinematográfica, las subvenciones o el control de taquilla. Eso para mí es de otro mundo. Algo que me aburre.

Un hombre rodeado por casi seis mil películas

José Luis Garci admite que tiene unas seis mil películas. "Casi todas son clásicas, pero también hay alguna moderna. "Igual estoy equivocado, pero me he convencido de que es muy difícil que hoy en día alguien haga una película como Vértigo o Ciudadano Kane". Un exdirector que compara el pirateo con el "far west" El director de "El abuelo", filme por el que fue nominado por cuarta vez por la Academia de Hollywood, señala que "mis películas ya están todas pirateadas. Esto es como el far west, es decir, los ladrones robaban caballos porque eran fundamentales para el día a día y la ley no actuaba. ¿Qué pasó cuando colgaron a un ladrón? Que la gente dejó de robar caballos", pone como ejemplo el cineasta. Sin ordenador, sin móvil, sin redes sociales... El Premio Nacional de Cinematografía asegura que "el corazón del cine es la escritura; si no hay un buen guion, la Olivetti no logra hacer milagros", señala Garci. "No tengo ordenador, ni móvil, ni blog... Mi bloc es una pequeña libreta de anillas, pero soy muy feliz sin todas esas cosas", confiesa. "Tampoco tengo coche... Como puede ver yo estoy en otro mundo".