La evidencia genética en las poblaciones modernas sugieren que los agricultores neolíticos de Oriente Medio viajaron principalmente por mar para llegar a Europa. Entre el 8.800 y el 10.000 antes de Cristo, en la región del Mediterráneo oriental, que hoy abarca Israel y Cisjordania, Jordania, Siria y parte del sur de Turquía, el ser humano aprendió a domesticar granos silvestres. Este logro permitió finalmente abandonar su vida como nómadas cazadores-recolectores y convertirse en agricultores. Los arqueólogos utilizan esta transición de la caza y la recolección a la agricultura para marcar el final de la era del Paleolítico o Antigua Edad de Piedra, y el comienzo de la era neolítica, o Nueva Edad de Piedra. Las evidencias arqueológicas indican que para el 7000 aC los agricultores neolíticos se habían trasladado a Europa. Ellos presentaron sus ideas y aportaron sus genes a la gente nativa del Paleolítico, que habían emigrado al continente europeo entre 30.000 y 40.000 años atrás. Los métodos de transporte y rutas de este viaje a Europa han sido cuestionados durante mucho tiempo. ¿Viajaron por tierra, migrando primero a Anatolia, ahora el centro de Turquía, y después a través del Bósforo se extendieron por los Balcanes hacia Europa central? ¿O el viaje fue por mar? Y si es así, ¿por qué ruta? ¿Viajaron directamente de la costa a Creta y luego a través de Grecia, como una teoría sostiene? ¿O es que primero viajan al norte en Anatolia y luego saltan por el Dodecaneso a Creta y, a partir de Creta, a Grecia y Europa Para tratar de encontrar una respuesta a esas preguntas, un equipo internacional de investigadores dirigido por George Stamatoyannopoulos, profesor de Medicina y Ciencias del Genoma en la Universidad de Washington, examinó los marcadores genéticos que se encuentran en treinta y dos poblaciones modernas del Cercano Oriente y África del Norte, Anatolia las islas del Egeo y Creta, Grecia continental, y el sur y el norte de Europa.