A comienzos del pasado mes de junio, la Escuela de Actores de Canarias ofrecía cuatro funciones de "La Trilogía del veraneo", de Carlo Goldoni, como muestra final del Taller de Teatro Clásico de los alumnos del cuarto curso de interpretación, dirigido por el profesor y actor Vicente Ayala. Los que tuvimos ocasión de conseguir entrada a alguno de los pases de esta comedia tripartita fuimos testigos directos no sólo de la genial dramaturgia de Goldoni, o de la sencillez escénica de la propuesta, sino -y muy especialmente- del talento, la disciplina y el entusiasmo de todo el equipo de actores y actrices de esta promoción de la EAC.

Y, créanme, no era fácil la tarea. Tres horas de función para representar las piezas que Goldoni escribió en 1761 ("Los desvaríos por el veraneo", "Las aventuras del veraneo" y "El retorno del veraneo") bien podrían haberse convertido en un calvario para los que presenciábamos el montaje. Y, sin embargo, frente a todos los riesgos que corría hacer de esta trilogía una sola obra, estos faranduleros -ya profesionales- consiguieron mantener el ritmo, la frescura y la gracia en todo momento. Por supuesto, bajo la atenta supervisión de un maestro como Ayala que, inspirado en la versión que hiciera Giorgio Sthehler de esta comedia goldoniana, fue el responsable de la dirección, la adaptación del texto y el espacio escénico, junto a un gran equipo de colaboradores, que es imposible citar aquí.

Debo reconocer que mientras presenciaba la función, embelesado con el talento de sus actores y actrices, no dejaba de invadirme una cierta amargura el pensar que todo aquel trabajo escénico, a excepción de una posterior función en el teatro Guiniguada una semana después, acababa allí, en aquella muestra de unos escasos cuatro días consecutivos. ¡Todo aquel esfuerzo de tantos y tan buenos profesionales de las artes escénicas, futuro del teatro canario, se encontraba de pronto limitado a unas cuantas sesiones más para morir definitivamente! Y sí, ya sé que Peter Brook dijo una vez aquello de que "el teatro es un arte efímero, es como hacer rayas dentro del agua", pero ¿qué quieren que les diga? Me parece una tragedia para el teatro de estas islas. Es una verdadera lástima que no existan circuitos o convenios entre la EAC y los ayuntamientos o los festivales canarios para poder seguir moviendo estas propuestas por los pueblos de las islas con el objetivo de llegar al máximo número de espectadores posibles y dar la posibilidad de que nuestros actores puedan mostrar su incuestionable talento en nuestra tierra.

Esperemos, al menos, que estos muchachos y muchachas que empiezan ahora a moverse profesionalmente en el mundo de las artes escénicas de Canarias, nuevos compañeros de profesión, logren encontrar su camino sin demasiadas dificultades, ahora que la cultura en general, y el teatro en particular, sufren tantos embates por parte de quienes no acaban de ver en el hecho escénico un medio excelente de sensibilización, de aprendizaje y de entretenimiento. Ojalá que puedan tener, al retorno de este veraneo, el legítimo derecho de recoger los frutos que han sembrado.