Francisco Mesa (@franciscomesa)

En los últimos años una nueva filosofía de trabajo, por cuenta propia normalmente, se está implantando entre los profesionales y autónomos de diferentes perfiles que deciden compartir un mismo espacio de trabajo, generando sinergias y nuevas oportunidades laborales. Es el "coworking", o trabajo colaborativo.

Este tipo de entornos ofrecen diferentes planes y precios para sus socios, los "coworkers". Desde un espacio fijo con línea telefónica y armarios bajo llave, a puestos flexibles en los que se tiene acceso a internet, varias horas al mes de la sala de juntas, pero la mesa de trabajo se ocupa cuando se está trabajando, no es fija. La ventaja va más allá de lo económico cuando ya se cuenta con una oficina en casa, por una parte se separa física y emocionalmente el ámbito personal y laboral y por otra se abandona el aislamiento que produce trabajar en soledad.

Las sinergias y la sensación de vivir en familia es habitual en estos entornos. Se produce de forma natural al crearse un ecosistema de profesionales con diferentes perfiles que se apoyan y aconsejan al compartir muchas horas a lo largo del día y no tener la tradicional jerarquía de mando de una empresa. "Es normal que se generen nuevas oportunidades porque te involucras personalmente en ayudar a quien tienes al lado. Si un cliente de nuestros "coworkers" necesitan un nuevo logotipo lo habitual es que recomienden a alguien que tiene en la mesa de al lado que acabará mucho antes el trabajo que si se buscase a otro profesional", destacó Adriana Urdaneta, cofundadora de Blitz Coworking en La Laguna durante la celebración del día internacional del trabajo colaborativo el pasado sábado.

También se fomentan las actividades de comunidad con la realización de actividades como proyección de películas, encuentros con expertos invitados, o la celebración en sus instalaciones de foros que ya realizan otras asociaciones. Todo suma cuando el objetivo es darse a conocer como profesional ante nuevos clientes.

La tipología de profesionales que trabajan en estos entornos es variada, pero la gran mayoría cuenta con programadores, gestores de redes sociales y comunicación, editores gráficos, gestores fiscales y algún tipo de consultoría. Profesiones en las que una recomendación personal genera el mismo resultado que una inversión de miles de euros en publicidad.

El beneficio intangible que ha permitido que estos espacios crezcan es la visibilidad que tiene el trabajo que se realiza en solitario al pasar a formar parte de una comunidad. "Me ha sorprendido cómo se conoce mejor mi trabajo gracias a las sinergias que se generan con otros profesionales", indicó Sole Orozco, consultora de comunicación y relaciones públicas que se ha incorporado a esta filosofía de trabajo recientemente. "Inicialmente empecé con un plan de horas que me permitían cubrir los huecos entre las visitas a los clientes y ahora se ha convertido en parte de mi rutina. El ambiente motiva", destacó Orozco.

Un fenómeno que crece

Una decena de espacios se han creado durante los últimos años en la provincia tinerfeña. El próximo que se incorporará a la lista estará en la zona centro de la capital tinerfeña y llevará el mismo nombre de su dirección, San Francisco Javier, 47. Ocupará el edificio de tres plantas con la estructura habitual de este tipo de espacios: zonas de trabajo, salas de reuniones y terraza. "El edificio es de la familia y la idea es que tenga vida, indicó Pilar González, coresponsable del proyecto.