La mujer en el Siglo de Oro español, término acuñado para reflejar una época de apogeo de la cultura española, jugó un papel más importante de lo que se cree en la vida de aquella época, por lo menos en el mundo de la escena. Esa es la conclusión a la que llegó Carmen Hernández cuando acabó el Máster de Teatro que hizo en la Universidad de Alcalá de Henares, tras acabar sus estudios en la Escuela de Actores de Canarias. El trabajo que realizó sobre el teatro en este periodo histórico es la base de la obra "Y el verbo se hizo mujer", que se estrena mañana, sábado, a las 21:00 horas, en el auditorio de El Sauzal, bajo la dirección de Josefa Suárez, de la mano de la propia Carmen Hernández y de Francisco Vera.

"Le llamó la atención que en la sociedad del Siglo de Oro, donde las mujeres realmente no tenían ningún papel activo en la sociedad, sino en la casa y lo que todos sabemos, había comedias en las que las mujeres tenían papeles protagonistas. A partir de esa reflexión y de ese trabajo, ella se interesó en escribir una pieza que tratara sobre este tema. Me lo comentó y me pareció interesante llevarlo a escena", explicó Josefa Suárez sobre el origen de esta pieza.

El montaje, que tendrá una duración de unos ochenta minutos, sitúa en escena a una pareja de actores, quienes a modo de Cómicos de la Legua, con el verso en la boca y un humor nada soterrado, narrarán algunas secuencias de la vida de algunas mujeres que transgredieron el orden social establecido contraviniendo las costumbres morales de la sociedad barroca que les tocó padecer. Ellas buscaban su libertad y satisfacer sus deseos.

Los personajes femeninos que aparecen en obras como "La dama duende", "El juez de los divorcios", "Don Gil de las calzas verdes", "Fuenteovejuna" o "El marión", y las experiencias que vivieron en aquellos siglos, algunas superadas cuatrocientos años después, son las protagonistas de este espectáculo que pretende ser "ameno, redescubrir a los autores del Siglo de Oro. También hay un trabajo concienzudo del verso y me parece encantador tocar los temas de los que habla la obra, la viuda condenada al luto de por vida, o la que quiere divorciarse porque la habían casado a la fuerza, o la que se enamora de un hombre pobre y su padre no le deja. Siempre el tema de quién fue primero, el hombre o la mujer. Siempre ha estado latente la necesidad de la mujer de ser libre y de tener autonomía, poder ser protagonista y no ser pasivo. Eso es lo que quiere transmitir el espectáculo y más en el mundo en el que nos estamos moviendo", matizó.

Suárez aclaró que la obra pretende mantener el esquema del teatro de aquella época, en la que siempre había una loa de presentación. "Está ambientada en la época, con pocos elementos, pero el vestuario, el lenguaje, son claramente de aquel periodo, incluso las conversaciones entre los propios comediantes. También tiene una conexión contemporánea, porque nos apoyamos en proyecciones visuales puntuales para reflejar el mundo fantástico en el que vive el comediante. Lo que proponemos es un viaje al Siglo de Oro con la mujer como protagonista".

El teatro físico de Tamaska ayuda al espectador a conectar con sus montajes, aunque ""Y el verbo se hizo mujer", es el primer reto con los clásicos del Siglo de Oro que llevan a escena. "Los cómicos van teniendo sus propios problemas personales, el hambre, el propio galanteo entre ellos, que fingen estar casados, porque en aquella época las mujeres no podían actuar, solo si estaban casadas con un miembro de la compañía".