Comparte con el escritor Stephen King la idea de que "el argumento de una novela no se escoge, sino que son las historias las que eligen a un escritor como intermediario entre un libro y el lector. "Los moradores de la basura" (Nova Casa Editorial) es la tercera obra de la tinerfeña Raquel Hernández, una creadora de San Miguel de Abona que por ahora mantiene su idilio literario con el género "thriller".

"Sin derecho a elegir" y "La cárcel del paraíso" son los antecedentes de una autora que en esta oportunidad ha vuelto a apostar por un narrador omnisciente para dar forma a un texto que está inspirado en un hecho violento que tuvo lugar en el Sur de Tenerife. "Ocurrió muy cerca de la oficina en la que trabajo y enseguida tuve claro que era una historia para mí; que ese guion se adaptaba muy bien con las reglas que utilizo en la creación literaria", cuenta Hernández.

Una muerte a sangre fría. Eso es lo que se van encontrar los que decidan curiosear por las páginas de "Los moradores de la basura". "El hecho final me interesa, pero también me gusta exponer el ciclo vital de un extranjero que llega a Tenerife en busca de una nueva vida y, de repente, se mete en una dinámica negativa que lo lleva a cometer un crimen", relata antes de realizar una puntualización. "Yo no creo que exista una persona buena y otra mala, sino que hay circunstancias en la vida que acaban entregando el papel de verdugo a una y el víctima a la otra", manifiesta sobre el rol que desempeñan los personajes de su novela.

La trata de blancas y el fenómeno de la inmigración clandestina fueron los pilares de una producción que en su cuarto episodio se centrará en un público juvenil. "Asistí a un taller que dio Almudena Grandes en el Puerto de la Cruz en la que insistió en la idea de que un escritor no tiene que tener miedo a rebuscar entre su parte más creativa... Hasta una escritora que se pase toda la vida atada al género romántico se puede levantar un día y decidir irse a contar una de policías", utiliza como ejemplo una contadora de historias que ha conseguido que sus novelas se coloquen entre dos tierras. "Sacar un libro y no intentar que esté en la Península es como caer en el engaño de la autoedición... Lo más difícil fue posicionar a Sin derecho a vivir en este circuito, pero una vez que conoces cómo funciona el mundo de la edición el margen de maniobra es un poco mayor. Eso no significa que te vayan a publicar, pero sí que aprendes a dar los pasos adecuados", afirma una actriz que no niega que sintió "miedo" la primera vez que se vio en la tesitura de tener que enviar un trabajo a una editorial. "Me lo pensé mucho e incluso cuando ya me había convencido de que no valía la pena cambié de opinión y esperé respuesta... Se fijaron en mí y aquello supuso un gran impulso para seguir escribiendo", recuerda.

"Los moradores de la basura" se centra en una tribu urbana, un entramado social "castigado" por la crisis que se ha convertido en parte de la escenografía contemporánea. Me gusta hacer vibrar al lector y que ellos vivan todo el proceso: desde la creación hasta la promoción final. Todo forma parte de este oficio. Está claro que el último título de Arturo Pérez Reverte se va a vender más fácil que la obra más reciente de Raquel Hernández, pero eso se consigue corregir con el trabajo puerta a puerta", concluye una escritora que este viernes presenta en el Hotel Marte del Puerto de la Cruz sus dos proyectos más recientes: su tercera novela y una serie pictórica que lleva su firma.