Franco Battiato ha conseguido dar nueva vida a su pasado y situarlo en plena era digital en el concierto que ha ofrecido hoy en el Palau de la Música de Barcelona, donde ha puesto la música electrónica al servicio de su búsqueda personal y ha demostrado no es patrimonio de los jóvenes.

A punto de cumplir 70 años, el compositor italiano ha sacado hoy a la luz su faceta más experimental y vanguardista en un recital que ha empezado sin concesiones y ha acabado concediéndolo todo.

Battiato lo ha dicho nada más empezar: "la primera parte va a ser música experimental inspirada en mi producción de los años 70 y va a durar media hora" y media hora después ha anunciado un "cambio de música" y ha llegado el Battiato más conocido por el público.

Dos partes claramente diferenciadas pero unidas por los sonidos electrónicos que ha lanzado desde su ordenador Pino "Pinaxa" Pischetola, su histórico ingeniero de sonido.

Pinaxa, Battiato y el pianista Carlo Guaitoli forman lo que el maestro ha bautizado como Joe Patti''s Experimental Group, nombre que hace referencia a un proyecto con visos de continuidad y a su último disco.

Este trabajo discográfico ha protagonizado la primera parte del espectáculo, que ha tardado unos minutos en arrancar porque "los ordenadores tienen que actualizarse", según ha dicho Battiato, sentado ante el teclado con los auriculares puestos.

Cuando todo ha estado a punto, los tres músicos han interpretado una introducción instrumental con sonido de órgano, que ha sido un adecuado anuncio de la búsqueda espiritual que impregna este disco.

Esta introducción se ha enlazado con "Leoncavallo", "Le voci si faranno presenze" y el resto de temas de este disco, en el que Battiato recupera alguno de sus piezas musicales más vanguardistas de los años setenta, como "Proprieta Proibita", y las lleva al siglo XXI.

Con muy pocas partes cantadas y muchos sonidos hipnóticos, Battiato ha viajado por el humanismo de las máquinas y el anhelo de trascendencia de los hombres.

El numeroso público que llenaba la sala ha escuchado en silencio esta primera parte del concierto, atento al mensaje del maestro, que en este nuevo disco pide espectadores dispuestos a abrir sus oídos.

El juego de luces y el maravilloso marco del Palau de la Música de Barcelona han ayudado a crear el ambiente que Battiato buscaba, a pesar de que en un par de ocasiones se han acoplado los micrófonos.

El cambio tercio ha llegado con los primeros acordes de "L''ombra della luce", que los espectadores han recibido con un gran aplauso.

Después ha venido "Un irresistible reclamo", cantada en castellano, y "Il mantello e la spiga", seguidas de un paulatino ascenso de la respuesta del público.

El maestro, cada vez más agusto, ha empezado a levantarse de su silla para saludar al público que tenía a su espalda, ya que las entradas se agotaron hace días y los organizadores han colocado gente hasta en las sillas del coro situadas en la parte alta del escenario.

Con el público totalmente rendido ha llegado el turno de "E ti vengo a cercare" y "La estación de los amores", que ha cantado en castellano con los espectadores en pie.

En este apoteósico tramo final, Battiato ha tenido un lapsus y ha olvidado alguna estrofa, pero su público le ha arropado con aplausos y mucho cariño, porque el desgarbado y entrañable maestro se lo merece todo.