Dos exposiciones y el estreno de una obra musical de Joan Magrané en la Catedral de Cuenca celebran los 90 años que en julio próximo cumplirá Gustavo Torner, un histórico del arte español, fundador con Fernando Zóbel del Museo Abstracto de Cuenca en 1966, al que durante años viajó la vanguardia española.

"El arte es el lenguaje del mundo, es una forma de encarar el mundo que no tiene que ver con la ciencia", ha manifestado Torner con motivo de la exposición a partir de hoy en la galería Fernández-Braso de Madrid de una veintena de obras, grandes cuadros, esculturas y "collages" que recorren su actividad creadora entre 1983 y 2012.

Todas las obras proceden de su colección personal y algunas no se habían expuesto nunca, por ser muy recientes, o simplemente, dice el artista, porque no habían tenido su oportunidad. Son grandes cuadros, con la variedad de materiales característica en Torner: látex, feldespato y acrílico sobre lienzo y madera .

Ningún cuadro tiene no ya el mismo tamaño, ni siquiera el mismo formato, uno es un cuadrado, otros son triángulos, otros tienen como alas. Todos tienen en común una gran calidad matérica y de composición. Abstracción, geometría, espíritu, una síntesis. Algunos verán resonancias de Bacon, otros de Munch o Matisse o surrealistas.

Hacía un cuarto de siglo que Torner no tenía una exposición en Madrid, desde la última en la galería Soledad Lorenzo en 1989 o desde la retrospectiva que en 1991 le dedicó el Museo Reina Sofía, en el que se que conserva desde 2004 la donación de casi 600 obras que el artista hizo al pueblo español.

"Ahí están guardaditas -dice con un sentido del humor que conserva intacto-, porque de casi 600 obras, hay una expuesta, y en esa donación hay esculturas de casi cinco metros. Yo quería hacer una donación al pueblo español, pero no puede ser porque en España el pueblo español no es ente jurídico y tiene que hacerse al Estado".

¿No se arrepiente?. "No, del regalo no me arrepiento, lo que me parece es que después de esa donación, si la aceptas y es que no soy tan malo, podían exponer algo más", dice, sin olvidar que otros artistas de Cuenca, quizá piensa en Zóbel, ni siquiera tienen una obra en exposición en el Museo.

La donación de sus obras al Espacio Torner en Cuenca, en la iglesia tardogótica de San Pablo, sí está parada de momento. El espacio, inaugurado en 2004, Premio Europa Nostra, está cerrado actualmente por razones económicas: los necesarios 50.000 euros anuales en que está presupuestado el coste del personal para su apertura.

"Con todo lo que se están gastando -piensa en voz alta Torner- sin entrar en todos los líos que nos cuentan en las televisiones, creo que no es tanto al año".

La mitad de las obras de este espacio proceden de la donación al Reina Sofía y la otra mitad son un depósito de la colección personal de Torner, que había previsto regalar a la Fundación.

Cumple 90 años y le podemos preguntar a Torner, artista polifacético donde los haya, si hay algo que le hubiera gustado hacer y no logró.

"Posiblemente sea yo -responde-, que no es decir que sea maravilloso, pero sí variado, el artista que ha hecho más cosas diferentes en la historia de España".

Pintor, escultor, diseñador de interiores y exposiciones, ha estado mas de veinte años haciendo las tiendas de Loewe por el mundo, empezando por Nueva York, al lado de Tiffany''s, treinta años de asesor artístico de la Fundación March, ha intervenido en la remodelación de cien salas del Prado, las vidrieras de la catedral de Cuenca, escenografías de óperas, figurines y exposiciones.

Y el Museo de Arte Abstracto de Cuenca, en donde se gestó el arte de vanguardia de la segunda mitad del siglo XX. "Cuando llamé a Zobel, que apenas le conocía, solo de habernos visto en Venecia, me dijo: "Y a mí qué se me ha perdido en Cuenca", y ahora está enterrado en Cuenca, aunque nació en Manila y murió en Roma".

La exposición que se inaugurará en las salas de la Catedral de Cuenca el 31 de marzo, comisariada por Alfonso de la Torre, mostrará buena parte de los estudios previos y el proyecto de las vidrieras concebidas por Torner e instaladas en 1995.

La exposición, con unas sesenta obras en total, analizará el surgimiento del mundo abstracto de Torner, en el que abundan los cuadros magmáticos con materias diversas: raíces, cáñamo, minerales o sus pinturas de dos partes y collages matéricos.

Y en ese espacio único, el estreno mundial de una obra de Joan Magrané, Premio Reina Sofía de composición musical, dedicada a Torner, encargo de la Semana de Música Religiosa de Cuenca, con motivo del noventa aniversario del artista.