Ramón Araújo es uno de esos creadores atípicos. Empezó a hacer música satírica cuando nadie la hacía, al menos con vocación pop, se atrevió con la música celta cuando no estaba de moda y decidió publicar su primer libro ya entrados sus 50 años, edad en la que sus ídolos se retiraban. Pero todo tiene un porqué, y es que Ramón Araújo es uno de esos genios pocas veces reconocidos.

El último año y medio lo ha dedicado a escribir "El Murphy palmero", un libro que incluye relatos, pequeñas comedias, textos de carácter poético, juegos de palabras o cuestiones eminentemente humorísticas con una artesanía del sentimiento expresada a su manera y con mucha "palmeridad", "justo lo que quería hacer ahora".

Tras 21 años como cómico activo (Anticraisis Consort / Trío Zapatista), su vida transcurre tranquila, entre libros, escuchando música todos los días, con amigos, dando grandes paseos por los jardines naturales de la Isla y con algunas actuaciones junto a su grupo. Sin mayores pretensiones, se siente muy satisfecho con este nuevo trabajo, "que puede leerse en media hora, pero llevará más tiempo masticarlo".

La idea se le cruzó por casualidad y algo tiene que ver con "La Ley de Murphy", uno de los libros más impactantes que dice haber leído, pero no es eso. Tampoco es una novela, ni un libro humorístico, sino una especie de "cajón de sastre absolutamente coherente, aunque contradictorio", en el que encontrar reflejada a toda una tipología existente en La Palma, pero también en otros lugares: el viejo rockero, el facha recalcitrante, el hippie migratorio, el friki de las montañas... y hasta a él mismo, aunque todo ello de manera minimalista, como siempre ha sido su obra.

"Los minimalistas somos unos perezosos, somos gente que pensamos mucho, pero que hemos desarrollado una gran capacidad de síntesis. Yo admiro a gente como Augusto Monterroso, Italo Calvino, Eduardo Galeano, Jorge Luis Borges o Julio Cortázar", confiesa. Con relación a ellos, Araújo sostiene que "no existe más que talento y creatividad, los escritores son espejos, no tienen izquierda o derecha, tienen una dimensión aparente y una oculta".

En el fondo, Ramón Araújo trata de reflejar lo que sucede dentro de sí mismo con relación al mundo en el que vive, que es actualmente y desde hace muchos años La Palma, aunque nació en Galicia y vivió por casi seis años en República Dominicana. Aun así, considera que "no hay diferencia entre lo particular y lo universal en este caso. Conocer La Palma es conocer el mundo entero, es conocer los mecanismos de poder, la pasión, las diferentes emociones y sentimientos, la condición humana, la cuestión política y social, los vicios culturales o las grandes pretensiones que están ligadas al intelectualismo. En este libro se nota esa devoción que tengo por la Isla; es una declaración de humor", dice.

Humor, así se llama su gran aliado. De él piensa que "tiene un altísimo contenido poético porque, al igual que la poesía, también aspira a la profundidad y a la belleza, aunque en cierto sentido siempre se ve como una cuestión puramente lúdica".

Absolutamente moderno y contemporáneo, es un hombre que vive en la espuma de los días, en lo que está pasando, algo que no se consigue sin una perspectiva histórica. "Sería muy bruto si no tuviera una perspectiva histórica de mi vida, de lo que pasa, de dónde vengo, de los orígenes y del mundo intelectual, de la gratitud a los autores del pasado y a los contemporáneos que admiro. Yo digo siempre que "la única vanidad del futuro realmente es huir del pasado". Esa frase no está en el libro, pero tenía que haberla puesto", señala entre risas.

Opina que en La Palma hay excelentes poetas y gente que hace cosas interesantes en otros campos, aunque "lo que tal vez falta es conciencia de que esto también es el universo y hay que estar abierto a él. Hay que saber lo que se hace en otros lugares, hay que leer otras cosas, hay que abrirse a otros mundos". "Creo que la persona de hoy debe tener una banda ancha de conocimiento, no puede estar encerrada en nada. También a eso me refiero en el libro. No puedo estar encerrado en una ideología, en una religión, en dogmas inamovibles, en parroquias, sean políticas o místicas, no quiero estar en ningún club. Desde ese punto de vista creo que también es una confesión de anarquismo intelectual, de que no estoy casado con nadie, pero estoy al loro de todo", manifiesta.

"La inteligencia también es una especie de voluntad: voluntad de ser inteligente, voluntad de ser bondadoso. Lo que he publicado expresa no mi inteligencia, pero sí mi voluntad de moverme hacia la inteligencia. En mis libros me he movido entre zonas de talento y de bondad, considerando el humor como una forma de amor", reflexiona Ramón, quien intenta siempre mantener un equilibrio vital.

"La portada de este libro me parece magnífica porque la cara que me pusieron de sabrío no es la cara que tengo habitualmente, pero sí es la cara con la que me siento", expresa finalmente entre carcajadas.

Autor: Ramón Araújo.

Título: "El Murphy Palmero".

Editorial: Ediciones Alternativa.

Género: Sátira / Poemás de humor.