Muchos son los actores que tarde o temprano deciden ponerse detrás de las cámaras para contar sus propias historias con mayor o menor acierto. Entre los aventajados se encuentra Clint Eastwood, que aprendió el oficio de dirigir de Sergio Leone y Don Siegel; Mel Gibson, que sorprendió a propios y extraños con "Braveheart" (1995) y confirmó su talento en la dirección con la vibrante "Apocalypto" (2006), o Charles Laughton, que solo dirigió un largometraje, pero es una auténtica obra maestra: "La noche del cazador" (1955). En España son dignos de mención los casos de Achero Mañas e Icíar Bollaín, que permutaron sus mediocres carreras como intérpretes por unas interesantes filmografías en la dirección. En el lado opuesto se encuentran Sylvester Stallone ("Los mercenarios", 2010), Angelina Jolie ("Invencible", 2014) o Ryan Gosling ("Lost River", 2014).

Russell Crowe se une a esta nómina de actores-directores con "El maestro del agua". Aunque en puridad ya había dirigido el documental, "Texas. 30 Odd Foot of Grunts" (2002) sobre el reencuentro de la banda de folk-rock que lideró durante un tiempo. En su debut en el largometraje de ficción apuesta por un esquema clásico de presentación, nudo y desenlace con una trama que recuerda, inequívocamente, a la de "Salvar al soldado Ryan" (1998), de Steven Spielberg. Aquí, Crowe encarna a un padre, granjero australiano con dotes de zahorí para más señas, que busca a sus tres hijos desaparecidos en la batalla de Galípoli, acaecida en 1915, entre otomanos, franceses, alemanes, australianos, neozelandeses e ingleses. Con un comienzo que recuerda a la célebre escena de las trincheras de "Senderos de gloria" (1957), de Stanley Kubrick, deviene en un melodrama con historia romántica de por medio, que intenta, sin conseguirlo, contrarrestar las escenas bélicas.

"El maestro del agua" da una de cal y otra de arena. Alterna vibrantes escenas como la tormenta de arena con otras realmente insípidas, pasamos de ver estéticas panorámicas, en la que destaca la fotografía de Andrew Lesnie ("El señor de los anillos", 2001), a secuencias intrascendentes, remarcadas por una banda sonora desubicada. La ópera prima de Russell Crowe es una película narrativamente ágil hasta que se estanca a la hora de metraje con la aparición del personaje encarnado por Olga Kurylenko ("Siete psicópatas", 2012), cuya edulcorada subtrama tiene la doble función de proponer una entente cultural y de redimir al sufrido padre viudo que busca honrar la memoria de sus hijos caídos en combate. Un rótulo final, convierte "El maestro del agua" en un homenaje a todos los muertos durante la Primera Guerra Mundial. Más logrado fue el homenaje cinematográfico que François Truffaut rindió a esos mismos difuntos en "La habitación verde" (1978). A Russel Crowe le falta mucho para llegar a la suela de los zapatos del artífice de "Los 400 golpes" (1959), "Jules et Jim" (1962) y "La piel suave (1964).

(15 de mayo)

La semana que viene llega a la cartelera española la cuarta entrega de la saga que dio conocer internacionalmente a Mel Gibson, "Mad Max: furia en la carretera". Ahora es Tom Hardy ( "Locke") quien encarna a Max Rockatansky. El que si repite es George Miller, el director de la primera película que se estrenó en 1979, y que recientemente, se ha reestrenado en pantalla grande.

Por su parte el cineasta galo François Ozon propone una comedia dramática con el tema de la paternidad y la transexualidad de trasfondo. Viene con el marchamo de haber participado en la sección oficial de San Sebastián 2014. El canadiense Atom Egoyan intentará con "Cautivos" volver a la senda del buen cine tras varios fracasos consecutivos. Este "thriller" protagonizado por Ryan Reynolds compitió por la Palma de Oro en el Festival de Cannes 2014.

Stephen Dorff encabeza un "thriller" de historias cruzadas, "La deuda", que obtuvo el premio al mejor guion en el último Festival de Málaga. Nidia Bermejo obtuvo además el galardón a la mejor actriz en el citado certamen. "Sicarivs: la noche y el silencio" ofrece un retrato de un sicario que no cumple con su encargo. Solo al final sabremos el porqué.

La cinta francesa "La profesora de historia" se adentra en los métodos pedagógicos de una docente para involucrar a su alumnado en lo que significó el nazismo. Habrá que esperar para ver los documentales "De Echevarría a Etxeberria" y "No todo es vigilia" en las salas tinerfeñas. Sea cual sea su elección no dejen de ir al cine.