Al descolgar el teléfono aún se percibe un rastro de la risa nerviosa, casi tímida, que conquistó su organismo cuando la lectura del fallo del jurado confirmó que era la ganadora del VIII Concurso Jóvenes Diseñadores de Tenerife. Bea de la Rosa (1986), la única baza local al cien por cien en un certamen que premió la colección "La expresión de lo abstracto", tuvo un viernes efervescente. "Las felicitaciones no han parado de llegar y anoche no nos resistimos a la fiesta", confiesa la santacrucera, que competía con las confecciones de Miguel Ángel Ibáñez Ramírez, el segundo clasificado; Sara Rello Reyes, Sergio Parrales Mejías y las hermanas italianas Rossana y Ambra Giammarino.

"No me lo esperaba... Sobre todo, porque todas las propuestas tenían un nivel muy elevado", asegura la diseñadora gráfica y en 3D. De la Rosa llegó al mundo de la moda gracias a una colaboración con Roselinde. "Hace un año me propusieron que hiciera los estampados de las camisas que lucieron las piezas (collares y otras piezas de bisutería) de sus modelos", rescata sobre una primera colección capsular que hoy por la mañana tendrá su continuidad con un segundo proyecto que comparte las firmas de Roselinde & Bea de la Rosa que se exhibirá en el Recinto Ferial. "Me di cuenta de que el diseño se podía adaptar a cualquier formato, que no me podía limitar al mundo de la cartelería. ¡Vamos con el textil!", se planteó sin ofrecer demasiada resistencia. Así fue cómo apareció "La expresión de lo abstracto".

De la Rosa precisa que los primeros estímulos de sus bocetos llegaron cuando pensó la manera de llevar a sus diseños el instante en el que se rompe con el academicismo para entrar de lleno en el "action painting" (pintura de acción) que se desencadena en el siglo XX dentro de la pintura no figurativa. "En ese tránsito se deja de lado la razón para dejarse llevar por la intuición", explica Bea de la Rosa en relación a la docena de propuestas que presentó a la convocatoria del Cabildo Insular de Tenerife. "Presenté diez modelos y estar entre los cinco finalistas ya era el mejor premio al que podía aspirar", afirma.

Jackson Pollock y Marck Rothko son dos referentes pictóricos que estuvieron muy presentes en el desfile del pasado jueves. En la imagen inferior, De la Rosa toma la referencia del estadounidense Pollock para realizar su reinterpretación de un expresionismo abstracto en el que las prendas se ven "salpicadas" por la pintura por medio de una técnica que se conoce como sublimación. "Trato de plasmar ese desorden y explosión de colores en todas mis creaciones: la industria textil es un buen sector para experimentar con mis principios como diseñadora", recalca.

De la Rosa considera que lo que está por venir a raíz de su triunfo más reciente es una oportunidad que también se abre a muchos profesionales que están relacionados con el arte... "Yo no esperaba tener un recorrido en el mundo de la moda, pero todo esto es muy gratificante. En ese sentido, sí que me gustaría tener más presencia sin abandonar, por supuesto, lo que ha sido hasta el momento mi trayectoria como diseñadora. Todo lo que me ha ocurrido en menos de dos años me ha servido para ver que puedo tener una salida en un segmento en el que tengo la posibilidad de continuar experimentado", avanza sobre sus propuestas con la técnica de sublimación. "El premio lo voy a invertir en telas", desvela De la Rosa.

Beatriz utiliza los tonos blancos o crudos como punto de partida de sus diseños. "El ocre puede ser una alternativa, pero al plasmar los colores sobre él se pueden dar alteraciones que condicionan el resultado final... Lo ideal es no recurrir a productos con un alto porcentaje de algodón porque estos absorben mucha pintura", recomienda respecto a un proceso que se ejecuta sobre unplotter", explica del paso que se ejecuta una vez se trata la imagen con el "photoshop" u otros programas digitales. "La imagen de las láminas se transfiere a las telas aplicando calor (a una temperatura que supera los 800 grados centígrados). No es una tarea sencilla, pero los resultados que se obtienen son muy vistosos porque los colores dotan a las telas de una sensualidad particular y, sobre todo, artesanal".

Sobre la propuesta "Akelarre", que dio al catalán Miguel Ángel Ibáñez Ramírez el segundo puesto en el concurso, Bea de la Rosa dijo que siente una gran felicidad por haber logrado superar a un proyecto tan "bien pensado y ejecutado", elogió al tiempo que destacó la variedad de contenidos que se vieron en las cinco pasarelas finalistas. "Reflejar mis conocimientos artísticos en los diseños era algo inevitable", comenta una artista que posiciona esta cita como un punto de inflexión en su carrera. "Es probable que me quede en este mundo porque me permite cubrir todas mis expectativas como diseñadora", concluye.