En las últimas semanas os estoy desvelando en este espacio todo lo que estamos preparando para la cuarta edición de las Jornadas Ciudades de la Moda, del Arte y del Diseño, que se realizarán el próximo mes de abril. Pero este fin de semana todas las atenciones están concentradas en la Feria de la Moda de Tenerife, un evento que cuenta con la participación de más de cien empresas del sector y que se inauguró el pasado jueves en el recinto ferial. Mi atención, también.

Bajo el eslogan "Para muestra, un botón" la feria presenta una variada selección de tiendas de moda y su ya esperada pasarela con varios desfiles del colectivo Tenerife Moda, dependiente del Área de Desarrollo Económico y Empleo, y que cumple ya 21 años promoviendo el desarrollo de las empresas de moda de Tenerife.

Además de la caja negra, donde se realizarán en total más de 60 desfiles y el ya esperado Certamen anual de Jóvenes Diseñadores, la feria ofrece un interesante espacio para dar a conocer el fantástico trabajo presentado por los finalistas del Concurso de Fotografía de Moda, que promueven cada año Tenerife Moda y La Pasarela de expositores, que está destinada a dotar la Feria de una actividad constante relacionada con la moda, con desfiles realizados en colaboración con el Centro Integrado de Formación Profesional Las Indias.

En esta edición también se pueden conocer las empresas que componen el nuevo colectivo Emprendemoda. 38 nuevas empresas que cuentan con un original espacio construido con materiales reciclados para exponer sus productos y empezar su recorrido profesional.

Otras novedades son el "kissing room" patrocinado por Heineken, donde los diseñadores pueden recibir a sus invitados después de cada desfile, y la zona "bloggers", con espacio WiFi y una amplia oferta de charlas, incluidas intervenciones sobre el movimiento Fashion Revolution. La zona cambio de "look" ofrece una programación variada para los que quieran aprovechar la indicación de profesionales para pulir y mejorar su imagen personal.

Un evento que estará abierto al publico hasta el domingo y que debe ser visitado por todo aquel que quiere apostar por la moda en nuestra isla. Como cada año, distintos profesionales y sectores se han volcado y trabajado muy duro para ofrecer lo que hay de mejor en la moda de Tenerife y me alegra muchísimo que colaboren para que el evento crezca y se establezca, cada año mejor y más fuerte, en el calendario de la moda de la ciudad. Tengo a muy buenos y queridos amigos involucrados en este evento, tanto en la parte de la organización, como entre los muchos expositores y diseñadores, y les doy mi más sincera enhorabuena por su trabajo y por la ilusión con que, día a día, hacen que sea posible vivir la moda en Tenerife. Todos se merecen un grande y sonoro beso.

El "Kissing room"

Muy conocido en los desfiles de moda en todo el mundo, el "kissing room" es el local donde los diseñadores, después de desfilar su colección, reciben a sus invitados para los besos y abrazos de felicitaciones. De ahí su nombre. Lo que poca gente sabe es que el término "kissing room" ya fue utilizado mucho antes e incluso dio nombre a un espacio muy especial en la famosa estación central de trenes de Nueva York.

Inaugurada en 1913 y reformada en 1998, la estación actual fue construida sobre la antigua Gran Central Station que, inaugurada en 1871. Aunque su nombre oficial es Gran Central Terminal, sigue siendo conocida con su antiguo nombre y es una de las joyas arquitectónicas más antiguas de Nueva York, visitada y fotografiada por millares de turistas cada año.

En 1915 se construyó, en el ala norte, el salón Biltmore, gran espacio con suelos de mármol que permitía el acceso desde la estación al lujoso hotel Biltmore, hoy un edificio de oficinas. Además, el salón Biltmore era el área de llegada de trenes que traían de vuelta a muchos soldados, marineros y aviadores después de la guerra. Momentos de gran expectativa y explosiones de alegría contenida al ver a sus seres queridos de vuelta han hecho que el salón se conociera como salón de los besos, "kissing room". Hoy ocupado por tiendas y quioscos, con su nombre y pasado casi olvidados, el Servicio de Transportes Metropolitano de Nueva York ha anunciado que el salón recuperará su antigua gloria, y uso, con una reforma prevista para 2019, fecha en la que los besos volverán a llenar de emoción al Salón Biltmore.