El gigantismo del montaje, en el que destacan los 305 contenedores que dan cuenta del incesante intercambio de mercancías con China como fábrica del mundo, es el elemento más llamativo de la propuesta del artista Huang Yong Ping en la edición del Monumenta de París que se abre al público mañana.

"Empires" es el título de esta exposición que se puede ver hasta el próximo 18 de junio en la nave del Grand Palais de París y que cumple de lleno uno de los objetivos de este certamen, ofrecer a un creador contemporáneo la posibilidad de desarrollar en un espacio patrimonial de prestigio una obra de dimensiones monumentales.

Junto a los contenedores, llegados de los cinco continentes, otro de los grandes elementos de la composición es un esqueleto de aluminio de 254 metros de largo que serpentea bajo la cúpula de la nave.

El tercero es un enorme bicornio hecho, gracias a un cuidado trabajo de proyección en tres dimensiones, sobre el original que llevaba Napoleón en la batalla de Eylau contra las tropas rusas en 1807, que forma parte de los fondos del Museo del Ejército, a solo unos cientos de metros en la otra orilla del río Sena.

Los contenedores, cuyas inscripciones -Hamburgo, Barbados, China Shopping, Cuba, US Lines, Capetown- hablan de sus diversos orígenes o de sus propietarios, ofrecen una visión que el artista pretende poética sobre el Made in China que ha invadido el mundo en los tres últimos decenios.

"A finales del siglo XX, China se convierte en la fábrica del mundo entero, recuerda Huang Yong Ping, que tiene ahora 62 años, uno de los primeros autores del arte contemporáneo en ese país, con el que ha mantenido una relación no exenta de conflictos.

En 1989, cuando el régimen aplastó con una sangrienta represión el movimiento estudiantil de la plaza de Tianamen de Pekín, Huang Yong Ping estaba en París por la exposición "Les Magiciens de la Terre" (los magos de la Tierra) en el Centro Pompidou.

El creador se quedó en Francia, un país del que tiene la nacionalidad desde 1999.

El mismo enorme despliegue de medios logísticos que ha sido necesario para poner en pie esta obra de 980 toneladas volverá a repetirse dentro de seis semanas para desmontarla.

Los 305 contenedores llegaron primero por mar hasta el puerto francés de Le Havre, y desde allí remontaron el Sena en barcos hasta Gennevilliers, el puerto fluvial de las afueras de París, donde se hizo un primer ensamblaje antes de su traslado final hasta el Grand Palais.