El legado más universal de Cervantes quedó expuesto hoy en Nueva York en una muestra que rinde un homenaje a los miles de traductores que han contribuido a difundir el Quijote hasta las comunidades más remotas del planeta.

Se trata de la exposición "Quijotes por el mundo", que inició su periplo en Madrid y que ahora llega a Nueva York, la ciudad en la que, junto con la capital española, tiene el privilegio de contar con cuatro ejemplares de la primera edición de esa obra.

"No es que sea la obra más universal porque es la más traducida, sino que es la más traducida porque en ella están las lecciones más universales", afirmó en la inauguración el comisario de la exposición, el filólogo español José Manuel Lucía Megías.

Desde que fue publicado por primera vez el Quijote, en 1605, la obra de Cervantes ha sido traducida a 140 lenguas, dialectos o variedades lingüísticas, la primera de ellas en inglés, en 1612.

Medio centenar de esas traducciones han sido hechas directamente desde el español.

La exposición incluye un mapa en el que se puede contemplar cómo está desplegada la obra de Cervantes por todo el mundo, con traducciones que incluyen lenguas como el malgache de Madagascar, el purépecha de México o el tagalo de Filipinas.

La traducción al inglés de 1612 fue seguida en 1614 al francés, pero desde entonces el proceso no ha parado y entre las últimas se encuentra la versión en otomí, el idioma que hablan las comunidades indígenas del altiplano central mexicano.

La exposición incluye ejemplares de distintas ediciones en múltiples idiomas aportados por más de sesenta bibliotecas del Instituto Cervantes repartidas por todo el mundo.

Y también figura el facsímil de una traducción al inglés hecha en 1687, así como reproducciones de una versión en chino, de 2001, con ilustraciones de Dalí.

Según dijo en la inauguración la directora de cultura de la red de los Institutos Cervantes, Beatriz Hernanz Angulo, la exposición es "un tributo a los miles de traductores que alrededor del mundo han traducido el Quijote a lo largo de 400 años".

El hecho de que la exposición sea inaugurada en Nueva York tiene un sentido especial, porque, junto con Madrid, son las dos ciudades en las que existe el mayor número de ejemplares de la primera edición del Quijote, cuatro en cada localidad.

Dos de ellos se encuentran en poder de la Hispanic Society de Nueva York y dos están en la Biblioteca Pública de la ciudad. De esta primera edición de la imprenta Juan de la Cuesta sólo sobreviven 27 ejemplares en todo el mundo.

La idea es que, cuando se cierre la exposición en Nueva York, el 16 de septiembre, se traslade a Chicago, para seguir el "gran viaje" del Quijote que, como sostiene el comisario de la muestra, comenzó en el momento que Cervantes puso el punto final a la obra.