Su nombre está unido a esa fase inicial de "El club de la comedia" que supuso el boom del monólogo en este país. "Cuando llegué a Barcelona un productor me dijo que hiciera los chistes más cortos, que lo que estaba funcionando era la fórmula de No te rías que es peor", avanza el cubano Alexis Valdés sobre sus orígenes en España. "Yo seguí en mi onda y un día vino a verme la persona que pensóEl club de la comedia y me dijo: ¡Coño, yo estoy buscando algo como esto para un programa de televisión", recupera el protagonista del espectáculo "Te quiero, mi humor", que el próximo 21 de abril, a las 21:00 horas, llegará al Paraninfo de la Universidad de La Laguna. "Será una mezcla de cosas clásicas y otras un poco más frescas", admite en relación a una puesta en escena que repetirá el 23 de abril, a partir de las 20:30 horas, en el teatro Circo Marte de Santa Cruz de La Palma.

"Cuando algo se pone de moda aumentan las ganas de copiarlo sin añadirle algo nuevo; solo se usa la fórmula para agarrar lo bueno sin analizar cómo la puedes hacer evolucionar sin pararte a pensar qué es lo que está fallando... El club de la comedia fue un fenómeno que propició que muchos vieran en el monólogo una alternativa al chiste tradicional. Es evidente que se ha producido una saturación, pero hay un proceso natural de decantación que acaba separando a los más creativos de los copiones, o los que no tienen imaginación para inventar situaciones nuevas", explica el habanero antes de revelar dos iconos que han tenido cierta incidencia en su carrera. "En el cine me sentía atraído por Chaplin y el teatro uno de mis referentes fue Gila".

De Miguel Gila Cuesta le gustaba la naturalidad con la que se ponía delante del público. "Su sencillez era magnífica", recuerda un artista que prefiere construir un muro para separar su obra de los cambios que se están dando en Cuba -el anunció de una colaboración por parte de Obama, la muerte de Fidel Castro o la incertidumbre que se avecina con Trump- en los últimos tiempos. "Cuando hago televisión reflexiono algo más sobre ello, pero en el teatro persigo otras cosas", sostiene Valdés, sin obviar cuestiones que son de interés general.

Alexis confiesa que no vive de espaldas a la realidad, pero que en directo no suele utilizar la política como si fuera una herramienta de su trabajo. "Yo prefiero reflexionar sobre el ser humano, que era algo que también hacía Gila en la mayoría de sus intervenciones. Él viajó por Argentina, Cuba, Estados Unidos, México, Uruguay... desde los años 40. Ahí fue cuando se dio cuenta de que muchos de los artistas de América estudiaron interpretación. Un día me comentó que él había comenzado a recibir clases cuando ya tenía más de 50 años. Buscar esa perfección es un atractivo más del día a día. Él tenía la capacidad para llegar a través de sus monólogos a personas que tenían unos conocimientos muy humildes, pero, a su vez, a las más ilustradas. Era un magnífico comunicador", asegura antes de establecer un puente imaginario entre su tierra natal y Canarias. "En las Islas no me siento un extraño".

Valdés habla con naturalidad de la conexión Atlántica que percibe en sus actuaciones en este archipiélago. "No creo que el público entienda mejor lo que le estoy contando, pero la sensación sí que es distinta. Allí me siento a medio camino, en el ecuador entre los 15 o 16 años que estuve en España antes de irme a Estados Unidos y la tierra en la que nací. En Canarias todo funciona a otro ritmo y las afinidades crecen sin que uno se dé cuenta de que las cosas no son tan distintas".

En "Te quiero, mi humor" el caribeño recupera a los personajes más populares de sus comedias, junto a las mejores imitaciones musicales del popular humorista, dejando entrever su aguda inteligencia, utilización de los temas y su capacidad de saltar de uno a otro de forma casual y ocurrente, al alcance de todos los públicos. "Es probable que saque a Cristinito -un personaje que popularizó en sus espectáculos televisivos-, aunque no sé si al principio o al final", adelanta un artista multiusos que prefiere ser fiel a la receta que tantos éxitos le ha proporcionado. "No quiero hacer cosas de usar y tirar, prefiero no innovar y seguir perfeccionando lo que ya he desarrollado", defiende un licenciado en ingienería que es hijo del actor cubano Leonel Valdés. "Él fue mi primer referente. Está por encima de otros y casi todo lo que llevo haciendo desde hace más de tres décadas es fruto de un aprendizaje que está directamente conectado con los recuerdos de mi padre", sostiene un generador de situaciones histriónicas que fluyen a partir de una enorme agilidad mental. Comediante con un buen prestigio, el cubano tiene la facilidad de crear escenas cómicas con un mínimo de elaboración, el sello que caracteriza su humor y la mejor forma de hacer reír.

Afincando en España desde el inicio de los años noventa, Alexis Valdés empezó a ser conocido por sus intervenciones en los programas "El club de la comedia" y "5 hombres.com". Actor, director y productor de la película "Un rey en la Habana", que fue un éxito de taquilla, participó en otros quince largometrajes: "El oro de Moscú", "Torrente 2: Misión en Marbella", "París-Tombuctú" y "El siglo de las luces", entre las más conocidas en territorio español.

El creador de "Te quiero, mi humor", iniciativa que cuenta con el respaldo de Búho Producciones, formó parte de buen número de series y programas de TV, convirtiendo sus intervenciones en únicas. Asimismo, hizo teatro con Calixto Bieito, en "La tempestad", en el Festival de Almagro, Festival Grec y Nuevo Apolo de Madrid. Bajo la dirección de Mario Gas formó parte del reparto de "Guys and Dolls", en el Teatro Nacional de Catalunya, y con Josep Maria Flotats, en "Angels a América".